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Helicicultura

El negocio de la cría de caracoles despega en El Pedernoso

Adolfo Algara y David Casado iniciaron a finales de 2021 el proyecto de helicicultura Helix Snails, que ya ha dado su segunda producción y ha lanzado una línea de conservas
Foto: Lola Pineda
18/11/2023 - Dolo Cambronero

De jóvenes ya habían tenido una discoteca juntos en su pueblo, El Pedernoso, y siempre planeaba en su cabeza montar otro negocio en común aunque no tenían claro de qué. Hasta que en una quedada con amigos en el verano posconfinamiento, salió la conversación del mundo de los caracoles y Adolfo Algara Rabadán (38 años) olió de forma clara la oportunidad. Llamó rápidamente a su antiguo socio, David Casado Manzanares (39), y le dijo: “¡Ya lo tengo!” Su compañero le dio el visto bueno y se pusieron a investigar, a formarse y a hacer números con el fin de embarcarse en un proyecto de helicicultura al que han llamado Helix Snails y que echó a andar a finales de 2021 en este municipio conquense con la construcción de una granja de estos moluscos gasterópodos que ya ha dado su segunda producción. 

“Me pareció un proyecto bastante curioso”, recuerda ahora Algara, que detalla que este segundo año de trabajo han dado un paso más y, además de comercializar el caracol fresco vivo, también ha sacado al mercado una línea de conservas.

 

FASES DE LA SEGUNDA CAMPAÑA

El primer año, compraron los caracoles alevines y en marzo de 2022 comenzaron la fase de engorde, que dura en torno a unos cuatro meses. Durante ese tiempo, el molusco, que necesita mucha humedad, se alimenta con piensos naturales y con la vegetación de la parcela.

Una vez que están completamente formados y ya han alcanzado el tamaño adulto, se recolectan a principios de verano de forma totalmente manual. Después se pasan a una sala de purgado, donde permanecen alrededor de una semana sin comida y con ventiladores –porque el aire les va mal, lo que hace que se recluyan en sus conchas– con el fin de que expulsen los restos de sus intestinos para que queden limpios. Finalmente, se trasladan a las cámaras frigoríficas, donde se conservan hasta que se les da salida en el mercado. 

 

 

La firma pedernoseña vende caracol fresco vivo y tres líneas de conserva: cocido al natural, en salsa tradicional y con salsa gourmet

El primer año de funcionamiento empezaron directamente con el engorde porque tuvieron que comprar los caracoles pero en la campaña de 2022 ya desarrollaron todo el ciclo completo, arrancando en el invierno con la reproducción y cría en una sala de incubación en la que se simulan las condiciones de la primavera con el fin de tener los alevines listos en marzo, cuando ya se pasaron los moluscos a la granja para continuar sucesivamente con las etapas de engorde y purgado hasta la recolección en torno a junio-julio del gasterópodo.

“La campaña debería estar terminada ya en junio pero los dos años se nos ha retrasado debido al tiempo que tenemos, con olas de calor y sequías terribles”, señala. 

La primera campaña alcanzaron una producción de 2.000 kilos de caracoles llegando en la segunda hasta los 3.000. Y en mayo de 2022 lanzaban su línea de conservas, que incluye tres productos (cocidos al natural solo con hierbabuena, con salsa tradicional y en salsa gourmet) que está elaborando la firma Guisos El Lobo, de Villanueva de la Jara. “Trabajan de una forma casera, artesanal. Es lo que buscábamos”, ensalza. 

 

 

Foto: Helix Snails

CUALIDADES NUTRITIVAS 

“A los puristas les gusta comerlos cocidos solo con hierbabuena porque se potencia el sabor del caracol, que es un buen alimento desde el punto de vista nutricional, sin grasas. Con la salsa, la cosa cambia...”, bromea.

La parcela en la que se ubica la granja tiene una superficie de 12.000 metros cuadrados, ocupando las zonas verdes una extensión de 7.000. Estos emprendedores esperan poder ampliar en un futuro si todo marcha bien. Por el momento, el negocio “no da para vivir”, admite Algara, que se dedica al sector de las telecomunicaciones mientras que su socio trabaja en una multinacional eléctrica, dos mundos totalmente ajenos a este tipo de explotación ganadera. “Hemos hecho una inversión importante pero por ahora lo tenemos como hobby”, asegura. 

Aunque están satisfechos con la evolución experimentada hasta el momento. “Nuestros clientes son sobre todo de los pueblos de alrededor, tanto de la hostelería como particulares. Estamos participando en ferias de alimentación para dar a conocer nuestro producto y el reto es ir creciendo poco a poco en el círculo de distribución”, confía. 

 

 

      

 

      

Foto: Helix Snails