Odian el mantra pesimista de ‘Cuenca se muere’ que se repite hasta la saciedad. En contraposición, un grupo de mujeres emprendedoras de la provincia han puesto en marcha la plataforma Mujeres que mueven Cuenca, que busca el intercambio de experiencias y hacer frente común para exponer sus necesidades ante las administraciones. De momento, son ya setenta aunque no dejan de crecer y la mayoría de ellas tienen en torno a los 30 años.
“Nos negamos a que se diga que Cuenca se muere. ¿Qué hacemos entonces? ¿Cerramos todo y nos vamos?”, se pregunta la emprendedora Silvia Fernández Lozano (33 años), promotora, junto a Paula Serrano, de esta plataforma, que ya ha celebrado dos encuentros, uno en diciembre y otro este mes de enero.
Aunque la idea ya empezó a gestarse el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en torno a un movimiento en las redes sociales que instaba a mencionar a féminas a las que se admirase. “Y Paula me nombró a mí. Y fui consciente de que, aunque Cuenca es muy pequeña, no nos conocíamos”, cuenta Silvia Fernández, propietaria de Cuando nace un sueño (decoración y organización de bodas y eventos) y de Oh La Lá (sala de celebraciones), ambos negocios situados en la capital.
Y fue entonces cuando se propusieron crear alguna iniciativa para conocer a las mujeres emprendedoras de Cuenca. En un principio, echó a andar un grupo de diez y, cuando se celebró el primer encuentro en diciembre, ya eran 35 aunque al evento acudieron en torno a una veintena.
El segundo encuentro ha tenido lugar este mes y desde entonces no han dejado de sumarse mujeres a esta iniciativa. “No esperábamos que se uniera tanta gente”, reconoce Silvia.
Si los dos primeros encuentros han sido de presentación, para conocerse unas a otras, el próximo foro, que se celebrará el 23 de febrero en la capital, se centrará más en el aprendizaje y habrá una ponencia sobre cómo mejorar las ventas a través de las redes sociales.
La idea es ir organizando más charlas sobre temas que les preocupen. “Con expertos que nos motiven”, subraya Silvia Fernández, “Aunque no nos conocíamos, hay un montón de cosas que nos unen”, apunta, explicando que han podido compartir experiencias de, por ejemplo, “cómo cambia la idea de negocio y la vida al ser madre”.
De momento, no funcionan aún como asociación pero su idea es poder reunirse con las administraciones para exponer sus problemáticas y plantear medidas. Esta emprendedora detalla que les preocupan especialmente el coste de la cuota de autónomos y los precios de los alquileres, que, en el caso de la capital, “son prohibitivos en el centro”, recordando que han cerrado varios negocios en la calle Carretería en los últimos años, incluso franquicias en el último mes.
Tania Lafuente Martínez (31 años), del Centro de estudios Ortega y Gasset de la capital, es otra de las personas que están en la plataforma desde el principio. “Problemas hay muchos. Lo que hay que hacer es buscar soluciones para intentar mejorar la ciudad. Nos preocupa Cuenca, nuestros hijos. No nos queremos ir”, hace hincapié.
Esta emprendedora pone el acento en el problema de la despoblación que sufre Cuenca, que afecta a todos los negocios. En este punto, lamenta que la provincia está a la cabeza en la región en la pérdida de autónomos. “Queremos plantear propuestas a las administraciones para ver si son viables”, resalta.
HACIENDO PROVINCIA
Aunque la iniciativa nació en la capital, se han sumado emprendedoras de la provincia, como Ana María Fernández (32 años), de la empresa de diseño gráfico La Chapuzas, asentada en Mota del Cuervo. La joven celebra esta plataforma porque permitirá que puedan “aprender entre todas” y por su apuesta por la conciliación. De hecho, destaca que al primer encuentro de autónomas pudo ir con su hijo. “Los niños son bienvenidos”, indica.
“Hay que hacer ver que Cuenca no está muerta. Tiene mucho potencial. Pero no sabemos venderlo”, considera esta emprendedora, cuyo negoció comenzó hace siete años en Madrid de forma online hasta que hace un año y medio, ella y su pareja -que también es diseñador- decidieron trasladarse a Mota del Cuervo. Desde la empresa, que ha ido creciendo, quieren recordar que sí hay futuro en los pueblos.