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El delivery da un respiro a los restaurantes

Muchos han adaptado su carta para el servicio de entrega y recogida de pedidos para sobrevivir al descenso en su facturación por la pandemia
El delivery da un respiro a los restaurantes
Fotos: Saúl García
12/06/2020 - Paula Montero

La entrega a domicilio se posiciona como alternativa al servicio habitual de bares y restaurantes en Cuenca. La oferta y variedad ha crecido con la llegada de la pandemia, puesto que hasta hace pocas semanas era la única opción para que los establecimientos de restauración pudieran mantenerse a flote. Si bien es cierto que, de la mano del proceso de digitalización, este nuevo hábito de consumo ya estaba instaurado en el sector. Ante esta crisis global parece que el delivery llega para quedarse pero no es igual de rentable para todos.

Durante el periodo de desescalada, la entrega sin contacto se ha universalizado para garantizar la seguridad de repartidores y clientes. Además, en los propios establecimientos se siguen estrictos protocolos de higiene y desinfección. Aunque, en la cara opuesta se encuentra la hostelería local, pequeños restaurantes tradicionales son los más afectados por la reconversión, pero ¿cómo lo están viviendo?

SIBUYA EN CUENCA

La propuesta de Sibuya Urban Sushi Bar en Cuenca versa por ofrecer una carta adaptada para el servicio de entrega a domicilio. El local especialista en sushi ya tenía implantada esta prestación antes de la pandemia aunque su gerente, Cristina Atienza, reconoce que estaba bastante limitada.

Tras el decreto del estado de alarma el pasado 14 de marzo decidieron bajar la persiana por miedo, “no merecía la pena arriesgarnos, lo primero es la salud y la seguridad”, destaca Atienza. El día 1 de mayo los fuegos volvían a estar encendidos, solo para dar salida a pedidos domésticos y “no esperábamos estos números, nos ayuda y anima bastante para mantener las ganas”.

El volumen de encargos ha sido favorable, tanto que con el servicio de entrega de Uber Eats, plataforma online con la que colaboran, no era suficiente. Ahora, un mes más tarde cuentan con sus propios repartidores mas la recepción y canalización de pedidos sigue siendo a través de la aplicación móvil y por teléfono.

Con la llegada de la fase 3 de desescalada, el aforo dentro del local es del 50 por ciento, por lo que el delivery les ayuda a compensar la falta de mesas. Sí que es cierto que desde la reapertura han visto reducido el número de solicitudes porque “si damos de cenar a 40 personas en el restaurante corresponden a 5 pedidos que dejamos de recibir”, explica la gerente.

La demanda se incrementa en especial los sábados por la noche, no obstante las cenas de viernes y domingo también son una parte importante de la facturación. Para equilibrar horarios y carga de trabajo han decidido cerrar los lunes durante todo el día y el martes en el servicio de comidas.

“Tenemos que ser los primeros en decirle al cliente que la mascarilla es obligatoria y recordarle que usen gel antes de entrar”

Con actitud positiva sacan una lectura favorable del universo del coronavirus porque “hay veces que no te apetece salir, por cansancio o por miedo y ahora puedes comer en la comodidad de casa como en el restaurante, aunque no es la misma experiencia. En el local nuestros camareros explican los platos, se ofrece un trato especial y la oferta de comida es mucho más amplia, no es lo mismo”, apostilla.

Comprometidos con la situación excepcional que nos ha tocado vivir dan ejemplo como empresarios: “Tenemos que ser los primeros en decirle al cliente que la mascarilla es obligatoria, recordarles que usen el gel antes de entrar y comprometernos a llevar a cabo una limpieza extrema en nuestro espacio”. Son conscientes de la responsabilidad que soportan y por ello crearon una guía de recomendaciones para el reparto a domicilio, 28 folios que esperan sea una vía más de concienciación para los conquenses.

El delivery da un respiro a los restaurantes

TOMATES VERDES FRITOS

El restaurante veggie de la capital ofrece una carta variada que aloja platos de la dieta mediterránea junto a reinterpretaciones de la comida mexicana. Sabores del mundo que viajan por los domicilios conquenses gracias a su apuesta por el reparto a domicilio o el servicio de recogida en el propio local.

Recibir la comida en la puerta de casa es comodidad para los clientes, aunque para Teresa Domínguez, cocinera y gerente de Tomates Verdes Fritos, es la fórmula para que su negocio sobreviva. “Facturamos un 20 por ciento y los pocos pedidos que hay sirven para sujetar el negocio y al menos seguir abiertos”, asegura Domínguez.

“En Cuenca no funciona la comida para llevar, no tiene el mismo tirón que en grandes capitales como Madrid”, explica. En esta nueva etapa tras la pandemia decide dar un nuevo empujón al formato delivery y take away. De esta forma sus clientes pueden cuidarse al mismo tiempo que disfrutan de sus recetas, una opción gastronómica que se adapta al día a día. Los picos de solicitudes llegan el viernes a mediodía, franja horaria que los conquenses prefieren para deleitarse con estas elaboraciones vegetarianas.

“En Cuenca no funciona la comida para llevar, no tiene el mismo tirón que en grandes capitales como Madrid”

Esta claro que es necesario reinventarse, por ello lanzan cuatro menús con características e intención diferentes para atraer a nuevo público. Además, para el fin de semana su menú enfocado a México continúa. Esta nueva carta ha sido el pasaporte para garantizar que los platos llegan en condiciones óptimas de presentación y temperatura. En este sentido, su packaging o envases, con bolsas de papel y recipientes de carton reutilizables, son ecológicos en consonancia con la propuesta culinaria que brindan.

Por ahora se encuentran ante un futuro incierto porque “en el mes de julio Cuenca apenas tiene actividad, estamos bajo mínimos siempre. Una parte de nuestros clientes suelen ser profesores, gente de paso y al ver como se presenta este verano los hechos hablan por sí solos”, comenta Domínguez.

A pesar de las complicaciones que ya han superado, estos dos restaurantes conquenses confían en poder resurgir. Apostar por nuevas líneas de negocio es un desafío con el que ya conviven y que están dispuestos a superar.