Comercializar los vinos en grandes mercados en el exterior es el gran reto para cooperativas y bodegas. Sin embargo, no es tarea fácil para las entidades pequeñas por lo que la unión es clave para reducir costes. La cooperativa Nuestra Señora de la Soledad, enclavada en el municipio conquense de Fuente de Pedro Naharro e integrada en la Denominación de Origen Uclés, forma parte desde hace tres años de una asociación de productores, Hispánica de Comercialización, lo que le está ayudando a crecer. Ahora llegan más lejos con los mismos recursos.
“La comercialización al exterior es más rentable cuando lo haces conjuntamente con otras bodegas. A través de esta asociación, podemos llegar a esos mercados más importantes de manera más fácil que si tuviéramos que ir nosotros solos”, explica la directora del equipo técnico de la cooperativa Nuestra Señora de la Soledad, Milagros Romero. “Ahora estamos trabajando en China, Rusia, Estados Unidos… Gracias a esta asociación podemos avanzar en esos mercados porque esto supone un gran coste que la cooperativa no podría asumir individualmente”, añade.
La asociación de productores Hispánica de Comercialización aglutina a cinco firmas (dos de Cuenca y tres de Albacete) y trabaja con la marca de vinos Anima Vitis. Este colectivo, que opera en el mercado nacional e internacional del vino desde hace ya tres años, está formada por las cooperativas Nuestra Señora de La Soledad, de Fuente de Pedro Naharro, y Nuestra Señora de la Cabeza, de Pozoamargo, ambas en Cuenca; y Virgen de la Encarnación, de Casas de Ves; San Isidro, de Alborea; y Bodegas San Dionisio, de Fuente-Álamo, las tres últimas situadas en la provincia de Albacete.
“Participamos en los productos que ellos comercializan. Por ejemplo, si van a vender tempranillo, se lo proporcionamos”, explica Romero.
EL PODER DE LA IMAGEN
La cooperativa trabaja con dos gamas: Top (vinos Bisiesto) y Solmayor, que “es más moderna” y estrena imagen. En esta categoría trabajan con los vinos tintos de tempranillo joven, roble y crianza; y, en blancos, con sauvignon, chardonnay y verdejo.
Las nuevas etiquetas muestran diferentes imágenes del monasterio de Uclés. Y cada tipo sugiere los aromas propios de la variedad. Por ejemplo, el tempranillo lleva una rosa de los vientos que forma parte de las rejas del monasterio, y alrededor, toda su gama de frutas. Y así se repite en el resto de las variedades.
Un blanco verdejo de esta gama está teniendo mucho éxito este año, detalla la directora del equipo técnico. Pero no solo este vino: los caldos de la cooperativa han triunfado en diferentes concursos nacionales e internacionales en los que han participado. Los tempranillos han resultado así premiados en un certamen de vinos a granel en Amsterdam (Países Bajos) y los embotellados han sido galardonados en concursos en Alemania y París (Francia). “La gama Solmayor está de moda”, celebra Romero.
Situada en Fuente de Pedro Naharro, un municipio de unos 1.200 habitantes con una gran tradición viticultora, la cooperativa recoge también las uvas de varios pueblos de los alrededores.
En un año normal, la cooperativa trabaja con entre 20 y 22 millones de kilos de uva, de los cuales un 55% de ellos son de uva tinta. Esta edición ha sido la campaña más corta porque hubo heladas pero, por el contrario, es de una muy buena calidad, concreta la responsable.
NUEVOS PROCESOS
La bodega tiene una larga trayectoria ya que comenzó a operar en 1958. Desde hace ocho años, se hizo cargo un nuevo equipo técnico que ha centrado sus esfuerzos en mejorar la calidad, implantando nuevos procesos y trabajando en campo. “Se ha conseguido un buen nivel. Ahora hay que dar a conocer los vinos”, señala Romero.
Por ello, de cara al futuro, su gran apuesta es la comercialización y darse a conocer con el embotellado, algo que también les ayudará a vender mejor a granel. “Es un empuje pertenecer al grupo de cooperativas”, afirma.