Desde la Asociación Provincial de Concesionarios y Talleres de Reparación de Vehículos de Cuenca (TRACC), su presidente, Miguel Garrote, no solo habla de una casi normalización cuando hace referencia a la situación actual del sector, sino que va más allá y alberga cierto optimismo en torno al futuro más inmediato. Y es que, desde su punto de vista, todo apunta a que en los próximos meses vaya a haber una mayor movilidad, lo que, sin duda, beneficiará a corto plazo al sector en ese camino hacia el regreso a la situación precovid. Eso sí, tiene claro que todo dependerá de la evolución final de la pandemia y no se puede descartar ninguna posibilidad.
Las consecuencias económicas derivadas de esta crisis sanitaria han pasado factura al sector de los talleres de reparación de vehículos y continúa haciéndolo con el de los concensionarios y venta de vehículos; una situación que le preocupa, y mucho.
Al igual que también le preocupa todo lo relacionado con una problemática muy concreta del sector, que, a su juicio, requiere de una solución urgente, como es la obligada e imprescindible renovación y refuerzo del equipamiento de los talleres mecánicos ante el imparable avance de la tecnología en el mundo del automóvil. Y es que, según subraya, al hecho de la cada vez mayor incorporación de la electrónica en los motores, se suma ahora la electrificación del parque móvil de nuestro país, lo que está obligando a estos negocios a no parar de invertir en equipamiento para atender esta nueva demanda. Inversiones que, unidas a la subida del coste de la luz y la imposición de nuevos impuestos indirectos por la recogida de aceite y otros residuos, entre otros, encarecen bastante los costes, que deben asumir los propios negocios con el fin de que no repercuta en el consumidor y así no poner en peligro a la clientela.
Es por ello que desde TRACC se considera necesario articular alguna línea de apoyo, por ejemplo con fondos europeos, para respaldar al sector y, de esta manera, pueda hacer frente a esa necesaria renovación de los talleres. Pero no se quedan ahí y también creen fundamental que se ponga en marcha un plan de formación específico y reglado, que prepare adecuadamente a los profesionales para este reto.
Y, por último, Garrote no ha querido olvidar el intrusismo y la competencia ilegal que azota al sector y al que considera que hay que poner freno de una vez por todas.
