La Confederación de Empresarios de Cuenca, CEOE CEPYME, rechaza de plano la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) aprobada por el Gobierno de España y recuerda que esta decisión se ha tomado sin el apoyo de la patronat.
Así indica que los órganos de gobierno de CEOE y de CEPYME rechazaron por unanimidad la propuesta planteada para subir el SMI en 2022 y que, lógicamente se cumplirá con lo establecido, pero no se ha producido ningún consenso.
Para la patronal conquense "es un error establecer una subida salarial obligada en un momento de incertidumbre para las empresas con un enorme crecimiento de los costes empresariales y una caída de la productividad".
De hecho, considera que "una nueva subida contribuye a aumentar los costes laborales y la presión sobre los márgenes de las empresas, lo que unido a otros riesgos como el encarecimiento de las materias primas o los cuellos de botellas en las cadenas globales de suministro puede llevar a un menor dinamismo económico y por tanto a una menor creación de empleo".
CEOE CEPYME Cuenca recuerda que las empresas han asumido una subida del 30% del SMI desde 2019, con una reciente subida en septiembre del año pasado a la que se suma esta otra desde el mes de enero, incrementando entre ambas el salario un 5,2%.
A su vez señala que se ha aplicado una subida de cotizaciones sociales aparejadas a los salarios, conformando un coste total por empleado para las empresas que sobrepasaría los 1.500 euros en términos generales.
SECTORES TOCADOS
Recuerda que en gran medida los salarios están por encima del SMI, pero todavía hay sectores tremendamente tocados que necesitan ajustar los presupuestos y que no recuperarán los niveles de negocio de antes del COVID antes del próximo año.
Por todo ello, no dudan en aseverar que "la propuesta del Gobierno es dañina para sectores especialmente vulnerables como el agrícola y aquellos como la hostelería o limpieza que llevan años soportando sobrecostes de todo tipo".
De hecho, CEOE y CEPYME subraya que la remuneración de los asalariados prácticamente ha recuperado los niveles de 2019, el excedente bruto de explotación todavía está muy lejos de normalizar su situación y es un 6,6% inferior al de 2019. Todo ello, sin olvidar que estos pactos salariales deben hacerse de manera razonable en el marco de la negociación colectiva, ofreciendo de este modo una solución buena para empresas y trabajadores y por lo tanto para la economía y el empleo.