Especial Capitalidad Gastronómica 2023
La Botica de Felipe: un maridaje perfecto entre Cuenca y el Mediterráneo
Si hay algo que Jesús Cuesta lleva en la sangre metido, eso es la hostelería. Más de 30 años de experiencia en donde ha regentado establecimientos como Didot, en la calle Sánchez Vera. Ahora, desde enero de 2022, se trasladó hasta el número 4 de la calle César González Ruano bajo su nueva denominación: La Botica de Felipe.
Aquí, poco a poco ha sabido configurar una oferta gastronómica centrada en una cocina mediterránea con un toque personal y ofreciendo a su amplia clientela unas curradas elaboraciones con productos de primera calidad.
Buena parte de estos proceden desde la misma provincia, como son una variada selección de hortalizas crecidas y cuidadas con mimo en el campo conquense, patatas de Mariana, huevos de Motilla o queso curado de oveja desde Villarejo de Fuentes entre otros productos gourmet.
Todos ellos, junto a los que llegan de origen nacional como el atún, el foie o la burrata, conforman una amplia carta dividida en raciones, tapas, ensaladas, carnes, pescados y postres.
Más de una veintena de platos que mezclan lo más local y lo más nuestro con elaboraciones de otros puntos del país. Su chef, Óscar Cuetos, es de origen canario, por lo que es normal encontrarse con productos estrella del archipiélago como las papas arrugadas con mojo rojo o verde, así como platos más nuestros como una oreja muy crujiente en tiras.
Desde una tabla de quesos de Villarejo de Fuentes hasta el huevo poché con parmentier trufado y patatillas paja, este establecimiento ofrece una amplia gama de elaboraciones
PRODUCTOS ESTRELLA
Pero hay cuatro platos de la Botica de Felipe que, haciendo un símil literario, entrarían en el ranking de los best seller.
Estos son la tabla de quesos de Villarejo con mermeladas de tomate y pimiento rojo asado; el huevo poché con parmentier trufado, patatillas paja y foie, el tataki de lomo de atún con teriyaki y verduritas al jengibre o las alcachofas confitadas con crujiente de jamón y ali-oli.
Unas tapas que sin duda dejarán buen sabor en quien las pruebe pero que no podrá irse sin degustar alguna carne como el entrecot de vaca vieja, solomillo de cerdo al Pedro Ximénez, burguer de carne de buey certificado o de wagyu así como el steak tartar de ternera o chuletillas de lechal.
El mar tampoco puede faltar en la mesa de la Botica de Felipe, y por eso se podrán degustar elaboraciones como el lomo de bacalao confitado, calamar nacional a la andaluza o a la plancha así como sepia, pulpo o dorada a la espalda con mojo verde y arrugadas.
Pero toda comida tiene que llevar acompañado un buen postre. Aunque aquí se pueden degustar productos elaborados directamente por ellos, si hay uno que resalta sobremanera es la tarta de queso azul, otro de los productos estrella de la casa.
No pueden faltar dulces exquisitos como el brownie de chocolate con nueces, el tiramisú, la panna cotta o el flan de huevo.
Aunque si lo que el cliente prefiere es un menú del día, siempre en el turno de comida y entre semana, quien acuda a la Botica de Felipe podrá degustar un entrante, un principal y postre con pan incluido y que da a elegir entre elaboraciones tan ricas como el carpaccio de solomillo de ternera, un solomillo de cerdo al Pedro Ximénez o carrilleras de cerdo en cama de puré de boniato.