Estabilizar y mejorar la raza de abeja ibérica. Este es el objetivo que persigue Beeborn Ibérica, una empresa de Tinajas que ha sido premiada por la Diputación Provincial de Cuenca en el marco de Integra 4.0. Judit Carrasco y Mariano García pilotan este proyecto que cría abejas y zánganos para evitar que la especie autóctona se hibride con otras foráneas. “Las que están hibridadas no funcionan bien, son muy agresivas, generan mucha competencia en la colmena, roban el alimento a las demás y difícilmente sobreviven al invierno porque no se adaptan bien al clima”, señala Carrasco.
Por ello, Beeborn ha puesto en marcha su propio criadero para controlar todo el proceso de reproducción. “Vamos a crear nuestros zánganos, eligiendo la genética que queremos”, explica la empresaria. Esas crías no saldrán de la colmena de fecundación ni tampoco podrán entrar otras del exterior. Una vez los zánganos estén en edad fértil los llevarán a su propio laboratorio para fecundar a las reinas y así conseguir que sean 100% de raza ibérica. Un proceso que controlará personalmente Judit Carrasco ya que es bióloga de formación. “Parece complicado, pero se puede hacer, además tenemos más de cinco años de experiencia como apicultores”, apostilla.
Actualmente disponen de 50 colmenas de cría, pero el próximo año quieren llegar a controlar un centenar. “Queremos comercializar reinas inseminadas y zánganos para que otros apicultores puedan introducirlos en sus colmenares”, cuenta.
OTRAS LÍNEAS DE NEGOCIO
Eso sí, a parte de la cría quieren poner en marcha otras líneas de negocio como la comercialización de veneno y jalea real. La sustancia tóxica contiene apitoxina que se emplea medicinalmente para el alivio sintomático del reumatismo y otras afecciones articulares, mientras que la jalea real se utiliza como complemento dietético ya que es rica en hidratos de carbono, proteínas, minerales y vitaminas. “La idea es no tener producciones muy grandes y queremos comercializarlo entre nuestros clientes de miel porque ya nos están demandando estos productos”, subraya la propietaria.
Además, quieren hacer jornadas de formación en institutos para sensibilizar a los jóvenes sobre el importantísimo papel que juegan las abejas en el planeta. “Ya hemos organizado algunas de estas charlas, solemos llevar una colmena para que vean los que es y explicamos el problema que existe a nivel mundial por la reducción de colmenas”. Eso sí, de cara al próximo año quieren poner en marcha visitas a su laboratorio para que los alumnos y alumnas puedan conocer de cerca el proceso reproductivo y el desarrollo de las colmenas”, dice. Si bien, también quieren ofertar cursos de profesionalización ya que la apicultura es un sector en el que falta relevo generacional. “Es una profesión que se está perdiendo poco a poco y queremos evitarlo”, concluye.
