Mientras Cuenca no crezca como ciudad tanto en número de habitantes como de oportunidades laborales la oferta hotelera tendrá posibilidades de mantenerse, pero difícilmente de crecer, sostiene el director del hotel Torremangana y responsable de hoteles de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo de Cuenca, José Manuel Abascal, que recalca que lo que hace falta es “industria y generar empleo, que vengan inversores, tiendas importantes como El Corte Inglés, y la ciudad sea autosuficiente”.
Así, considera necesario encontrar la fórmula para que Cuenca, que en la actualidad ronda los 55.000 habitantes, llegue a los 100.000, algo que muchos pueden considerar utópico, máxime después de que hace una década las autoridades ya barajaran la posibilidad de una ciudad de más de 170.000 habitantes, pero que Abascal considera que, si ha ocurrido en otras partes del país, en Cuenca también debería ser posible.
El presidente de la agrupación de hosteleros, José Luis Zorita, también tiene claro que Cuenca capital es ahora mismo “una ciudad arruinada y todos los que vivimos aquí lo sabemos”. Algo a su entender atribuible a la “liquidación de nóminas” sufridas durante la crisis, sobre todo en el hospital y en la antigua CCM. “Hay un dinero que antes entraba y ya no entra, y si no se compensa de alguna manera, mal camino llevamos”.
En este contexto, el sector no termina de ver con excesivos buenos ojos el anuncio de un nuevo hotel con centro de convenciones.
“En los últimos años la oferta ya se ha incrementado entre un 50 y un 60 por ciento por los apartamentos turísticos legales o alegales, y el mercado hostelero se está resintiendo”, advierte el gerente de Cuenca con Carácter, Borja García, que regenta los hoteles Leonor de Aquitania, Convento del Giraldo y Cueva del Fraile, mientras que según Abascal “no se puede empezar la casa por el tejado porque se hunde. Ahora mismo vienen los turistas que vienen. Nosotros mismos tenemos muchas salas para convenciones pero no acaban de ser un punto fuerte. En España existen además las convenciones que existen y las rotan de sitio cada año. Hay que centrarse más en atraer inversiones e industria porque, si nos centramos en un solo sector, como nosotros pinchemos, pinchamos todos. Y no estamos lejos de ello.”
