Carlos Javier Pérez Barrera es un ebanistas colombiano que llegó a España en 2022. Diseñador industrial de profesión, decidió estudiar una formación profesional relacionada con el sector ebanista y carpintero, ya que dar forma a la madera había sido su pasión desde siempre, y que con el paso de los años la acabó convirtiendo en su profesión.
Llegó a la provincia junto a su novia, Tarzia Daniela García Valladares, también ebanista de profesión y juntos se pusieron a buscar trabajo en el sector. Habían elegido Cuenca ya no solo por su relación con la naturaleza, sino porque la provincia cuenta con una notable industria maderera, algo que les iba a permitir seguir desarrollando su pasión. Por eso, no les fue complicado encontrar trabajo de forma rápida: él entró a formar parte de la plantilla de la carpintería de Julián Martínez, y ella empezó a trabajar en Lignum Tech.
“Estos trabajos no eran al 100% nuestra especialidad, porque somos más ebanistas que carpinteros, así que después de un año, decidimos retirarnos de nuestros puestos y montar nuestra propia empresa”, relatan los emprendedores, quienes a finales de 2023 empezaron a dar forma a Antesala Atelier.
Todo ello porque, durante su estancia en dichas empresas, “íbamos forjando la idea de que nuestro objetivo era ser independientes” y así, empezaron a participar en diferentes concursos empresariales con su idea. Uno de los que ganaron fue el organizado por la ONG Acción contra el hambre, en el que quedaron en tercer lugar. Con el dinero del premio pudieron comprar algunas herramientas para su proyecto de ebanistería para arrancar su trabajo, que fue con la restauración del mobiliario de un piso en la calle Alfonso VIII. Todo ello, compaginándolo con sus trabajos.
“Llegábamos a casa reventados y queríamos que continuara la parte de restauración, porque al fin y al cabo era lo que habíamos estudiado”, recuerdan los emprendedores, quienes desde ese momento empezaron a buscar cómo hacerse autónomos y ya en 2024 se presentaron a los premios Integra de la Diputación de Cuenca.
Aquí resultaron unos de los 17 premiados en la convocatoria de 2024, y obtuvieron la cantidad de 10.200 euros que les sirvió para arrancar su proyecto profesional. Han alquilado una nave en Arcas, muy cerca de su casa actual, y han adquirido toda la maquinaria necesaria para elaborar los productos que ellos tenían en la cabeza. Todo ello con la idea de ser lo más sostenible posible.
Y es que, Antesala Atelier es una pequeña empresa que se dedica al diseño y fabricación de mobiliario sostenible de pequeño formato, encaminado hacia la ebanistería, la juguetería, los accesorios y artículos decorativos para el hogar, así como la restauración de muebles. Todo elaborado de manera 100% artesanal a través de madera recuperada.
Porque si hay una cosa de la que se han dado cuenta en su trayectoria profesional, es que la industria maderera genera bastante residuo, tanto a nivel forestal como también en aserraderos. Así, han hecho contactos con carpinteros de Valera de Abajo, quienes les proporcionan bloques de madera que estaban destinados a arder en la estufa. “Eso para nosotros es un tesoro, porque sabemos muy bien cómo aprovecharla”, subrayan los ebanistas, quienes están contribuyendo a una gestión forestal responsable reduciendo la explotación masiva de la madera.
Son numerosas las técnicas y herramientas que utilizan para tratar la madera y crear sus objetos y además, Carlos Javier, es uno de los pocos torneros de madera. “Soy casi único en Castilla-La Mancha”, asegura el joven ebanista, que desde siempre ha amado este oficio tradicional.
Los jóvenes emprendedores reutilizan residuos de la industria maderera para fomentar la gestión forestal responsable
Desde su taller de Arcas, Antesala Atelier ha establecido tres líneas de trabajo. La primera está centrada en la juguetería para el autoaprendizaje de los más pequeños, donde a parte de utilizar elementos reciclados, siguen un estricto protocolo de seguridad con materiales con certificado de que no son tóxicos ni tampoco puedan perjudicar a niños y bebés ni provocarles alergias o reacciones. “Estos juegos pueden acabar en su boca, y por eso tenemos pinturas que no incluyen químicos o una cera de abeja para el acabado de la pieza, quitando el uso de barniz”, detallan.
Porque el objetivo que tienen es que los niños disfruten de su juguete con los cinco sentidos, y muestra de ello es un pequeño puzle donde los bebés tienen que encajar diferentes setas en su agujero correspondiente.
La segunda línea se centra en la elaboración de artículos de decoración para el hogar, tanto para la cocina como para las áreas sociales. Así, entre sus productos están un tarro de miel con la cuchara y la tapa integradas en una única pieza o jarrones.
Por último, también están enfocados a la restauración de muebles antiguos, para así darles una segunda vida y que puedan seguir decorando los hogares conquenses.
“Ahora vamos poco a poco porque, por el momento, nuestra capacidad productiva no da para mucho”, destacan Carlos Javier y Tarzia Daniela, quienes afirman con una sonrisa de oreja a oreja que tienen “buenas” perspectivas de futuro: “ahora mismo estamos casi 24 horas volcados en nuestro proyecto, porque cuando algo es tu pasión, realmente no lo sientes como un trabajo”.
Además, califican el suyo como un oficio “muy bonito”. “Ver las caras de satisfacción de las personas cuando reciben lo que han encargado o adquieren cualquier objeto nos encanta y nos hace ilusionarnos aún más con Antesala Atelier”, concluyen los dos jóvenes emprendedores.