Tras 185 partidos defendiendo la elástica blanca y negra a lo largo de ocho temporadas, el capitán de la UB Conquense, Iván Rubio, dice adiós. Cuelga las botas tras una bonita carrera con grandes momentos que le han consolidado como una de las mayores joyas futbolísticas de Cuenca.
El conquense explica que el club le ofreció cumplir el año de contrato que le quedaba como futbolista, aunque al mismo tiempo le transmitieron una segunda vía que pasaba por hacerse cargo de la dirección de la cantera. Tras valorarlo, y teniendo en cuenta que también aquejaba algún problema de salud que no le permitía estar al 100%, tomó la decisión. “Me voy sabiendo que podía aportar todavía algo como futbolista, pero tenía claro que lo que no quería era que me retiraran. Quería elegir yo el momento, tenía que ser honesto con el club y conmigo”, transmite Rubio. Se va dejando al club donde, mínimo, merece estar: Segunda RFEF. Sin saber todavía que iba a colgar las botas, el destino quiso también que marcase gol en su último partido en un campo “emblemático” del grupo como lo es el del Villarrobledo.
Echando la vista atrás, recuerda al niño de tan solo 11 años que se fue “cargado de ilusión” a la cantera de un gran equipo como lo es el Valencia CF. “Es duro para una familia desprenderse de un hijo siendo tan joven, pero me lo pusieron fácil”, relata el capitán, que durante estos años ha coincidido con jugadores de la talla de Isco Alarcón, Jordi Alba, Paco Alcacer, José Gayà, Roberto Soldado… ganándose la confianza del entonces entrenador che, Unai Emery, para debutar con el primer equipo. “Para mí fue una época muy bonita, con jugadores campeones de Europa y del mundo. También lo fue Oviedo: jugar en un club profesional delante de 13 o 14 mil personas te hace sentirte futbolista y fue un orgullo pertenecer a ese club dos años”, rememora.
Tras varios años coordinando la cantera y entrenando en categorías inferiores, Iván Rubio seguirá ligado al club como directorCORAZÓN BLANQUINEGRO
Aunque su corazón es de color blanco y negro, ya que en Cuenca ha desarrollado buena parte de su carrera. Innumerables recuerdos guarda el blanquinegro, aunque la permanencia de la temporada 2020/21 fue especialmente sufrida, reconoce. “Podía suponer la desaparición del club, fueron los momentos más complicados que he vivido en el fútbol porque defiendes a tu ciudad. Por encima de los ascensos, me quedo con esa permanencia”, asegura.
Aunque, yéndonos a lo personal, el conquense tiene claro que se queda con “amistades para toda la vida”. Entre la mucha y fantástica gente que le ha dado el fútbol, alude especialmente a dos grandes personas y buenos conocidos conquenses. “Javi Soria, un referente del fútbol de Cuenca, un amigo para siempre y un capitán extraordinario. Y José Vega, un ejemplo para todo jugador y canterano que quiera jugar aquí. Tiene unos valores tremendos y es parte de este escudo”, resalta Iván Rubio.
Pero tampoco hay que hacer un melodrama, y es que el conquense sigue ligado al fútbol, aunque desde otro prisma, y lo hace muy ilusionado por esta nueva etapa. “Llevo años trabajando en la cantera y me veo capacitado para dar un salto importante, es un orgullo ver cómo la gente con la que trabajas llega al primer equipo”, transmite el ahora director balompédico, que asegura que las cosas se están haciendo muy bien, sobre todo desde que Ángel Mayordomo llegó a la presidencia. Su objetivo pasa ahora por seguir profesionalizando la cantera, “inculcando esa cultura deportiva” para que, cuando lleguen al primer equipo, “estén preparados para competir, defiendan el escudo y sean buenas personas”.
Por tanto, no faltará en casa el eterno balompédico, declarando que va a ser el primero a quien vamos a seguir viendo en La Fuensanta. “Voy a estar para lo que me necesiten. El club me da confianza y yo a ellos también, es una relación para muchos años”, concluye.
Aunque son varios los equipos que pujarán por la zona alta, Rubio es ambicioso a la hora de marcar a la Balompédica como uno de los candidatos