El entorno natural privilegiado de la ciudad de Cuenca siempre ha sido un escenario perfecto para el ciclismo de montaña y ahora también lo es para los más jóvenes. La recién creada Escuela MTB, impulsada por Sendas de Cuenca y Rujamar Sports Team, lleva varias semanas en funcionamiento y no solo está formando a futuros ciclistas, sino que también está promoviendo una cultura de seguridad, compañerismo y disfrute del deporte.
Al cargo de las clases se encuentra Pau Gómez, quien explica que el proyecto surgió de una evidente necesidad en la ciudad. “Es una ciudad ideal para el mountain bike. Sobre todo, los niños necesitan una escuela donde formarse y prevenir accidentes. El ciclismo es un deporte muy practicado, en cada casa hay bicicletas, pero es uno de los menos docentes”, apunta el monitor, que dirige las clases en el Bike Park de Villa Román, donde los montículos de tierra se convierten en un escenario perfecto para estos precisos movimientos.
La escuela comenzó con la expectativa de contar con alrededor de 15 o 20 alumnos, pero la respuesta ha superado todas las previsiones. Actualmente, 27 niños y adolescentes, de entre 5 y 17 años, forman parte de los tres grupos organizados por edades y niveles. Y el interés sigue creciendo conforme pasan las semanas: “Cada vez más padres preguntan cómo apuntar a sus hijos”, cuenta Pau.
En la Escuela MTB se trabaja desde la base hasta aspectos más avanzados como los saltos, los caballitos y los ‘manual’
La metodología trabaja a partir de la misma base, empezando desde lo más elemental. “Posicionarse en la bici, cómo actúan los frenos, saltar…” hasta aspectos más avanzados, como hacer un manual o un caballito. Con los más pequeños, como se puede observar en la clase, se trabaja a través de aspectos más lúdicos que les ayudan a asimilar conceptos básicos en la bicicleta. Todo ello en un entorno seguro, ya que el ‘hándicap’ para aprender este deporte puede ser la falta de medios o un espacio controlado, por lo que desde la escuela se ofrece esta posibilidad. En muy poco tiempo ya se ven grandes avances en los alumnos y Gómez declara que ya hay interesados en salir a competir el año que viene.
CREANDO COMUNIDAD
Pero más allá del aspecto deportivo, los clubes implicados tienen un gran objetivo en común: crear una comunidad en torno a la bicicleta. “Una comunidad en la que los niños estén seguros aprendiendo, donde los padres disfruten también de que sus hijos practiquen o aprendan ellos mismos, se relacionen, aprendan y respeten la seguridad vial… cada vez hay más clubes sociales de ciclismo y en Cuenca hay muchas posibilidades con este entorno”, apunta resaltando también los beneficios de este completo deporte donde el niño adquiere todo tipo de capacidades psicomotrices.
“Animaría a todo el mundo a que probase este deporte. Yo vi la BMX con 11 años, me dejaron probar una bicicleta y ya no me bajé, me enamoré”, recuerda Gómez con una sonrisa. Por otra parte, pone en valor que es uno de los deportes menos lesivos según las estadísticas. Aunque se puedan producir caídas, como en muchas otras modalidades, es precisamente a través de estas escuelas que se puede hacer de manera segura.
Bajo esta premisa de fomentar la pasión por el ciclismo, la Escuela MTB del Sendas de Cuenca y Rujamar Sports Team se posiciona como un referente para el deporte y la comunidad en una ciudad donde las sendas naturales son un paraíso para las bicicletas.
Proyectos para el futuro
Además del objetivo de crear y mantener una comunidad en torno a la MTB, tanto Sendas de Cuenca como Rujamar Sports Team tienen planes a largo plazo. Uno de ellos es la creación de una liga local que, en principio, estaría prevista para dar comienzo durante los meses de febrero o marzo, según traslada Pau Gómez. “Como hay muchas modalidades de MTB –XCO, enduro, dirt jump, free ride, descenso…–, queremos que tengan un poco de todo”, explica el monitor, detallando que se creará una prueba especial para los niños con tramos cronometrados, otra de equilibrio, frenada… “Así tendrán ese aliciente de competir un poco, aunque sea más una promoción del deporte que una competición. Más bien queremos que sea una fiesta local del ciclismo una vez al mes”, cuenta.
Por otra parte, también se quiere seguir trabajando junto con el Ayuntamiento para mejorar el Bike Park de Villa Román con unas luces para poder entrenar cuando cae el sol o una fuente para regar el circuito y que los niños beban. Pequeños pasos que harán crecer esta vistosa disciplina que cada vez gana más adeptos.
