Histórico era el partido que se iba a vivir en El Sargal independientemente del resultado, ya que el VivoCuenca iba a jugar en su cancha la segunda ronda de la Copa del Rey. Lo que pocos imaginaban era que se acabaría convirtiendo en una noche inolvidable para jugadores y afición, que vibraron a una durante el tiempo reglamentario más la prórroga. En penaltis, el meta Mario Gómez, que ya había firmado un partido mayúsculo, se superó a sí mismo para detener dos penaltis y ayudar a que su equipo avance de ronda.
El Móstoles salía apretando al partido, ahogando al VivoCuenca en unos primeros compases en los que costaba mucho salir de campo propio. Se topaban con el palo desde un primer momento, y es que el asedio estaba siendo casi constante. No es extraño, por tanto, que en uno de esos potentes pases provenientes de la banda, un barullo en el área acabase causando un gol en propia de los locales.
El jarro de agua fría no amilanó a los conquenses, que poco a poco iban ganando metros al mismo tiempo que se sacudían de ese letargo inicial. Aunque no demasiado peligrosas, empezaban a firmar sus primeras llegadas como unos peligrosos tiros de Budia o Ivi. Mario Gómez en portería –quien acabaría erigiéndose héroe en un monumental partido- estaba teniendo bastante protagonismo, y este iría en aumento.
La insistencia del Móstoles acababa teniendo recompensa, aunque de rebote: Palomares se encontraba un rechace en el área chica para poner el 0-2. De nuevo, y a pesar de ir abajo en el marcador, el VivoCuenca no se daba por vencido.
Peñu, en una gran jugada en solitario, coqueteaba con abrir la lata para los azulones para confirmar que los de Manolo Moya habían mostrado una gran mejoría. Mario Gómez encontró con un pase en largo a Valen, que ponía el 1-2 antes de enfilar a vestuarios.
La segunda parte continuaba con un igualado guion en el que el VivoCuenca se iba creciendo poco a poco. Otro jugadón de Peñu culminaba con un pase de la muerte a Cerzi para un 2-2 que hacía estallar El Sargal, pero todavía quedaba más: minuto 25 y ahora era Cerzi quien se la servía en bandeja a Budia, que ponía el 3-2.
Duró poco la alegría, ya que el Móstoles igualó las tablas de nuevo en cuestión de segundos: una buena jugada combinativa acabó con Palomares completamente solo, quien dibujó el 3-3. Dani Santos echaría por tierra el empujón conquense cuando remontaba para el 3-4, pero los de Moya todavía tenían un as bajo la manga. Durante este tiempo, Mario Gómez seguía a lo suyo en la portería, desesperando continuamente a los rojillos, que no veían la hora de sentenciar.
A falta de 48 segundos, y jugando con portero jugador, Budia anotaba el 4-4 tras un barullo en el área. Con todo el pabellón en pie, El Sargal celebró la prórroga, pero sobre todo, apreciaron el esfuerzo de los jugadores, que se habían dejado la piel durante 40 minutos y que tendrían que hacerlo durante 6 más.
PRÓRROGA
El partido llegaba al alargue y los nervios estaban a flor de piel en El Sargal. Con cada acción rugía el pabellón, y es que los viveros no habían cedido un ápice en actitud. El Móstoles, haciendo gala de la calidad de un equipo de 2ªB, tampoco dejaba nada al azar. Hacía emplearse una y otra, y otra, y otra, y otra, y otra vez a Mario Gómez, que firmó un partido antológico en todos los registros. De todos los colores las paró el cordobés, que más de una vez se jugaba la integridad física estirándose hasta lo imposible para mantener vivo a su equipo.
Tirando de corazón y coraje, los viveros luchaban hasta la extenuación por cada balón y tampoco se arrugaban de cara a puerta: tuvieron varias llegadas que bien pudieron haber significado el quinto. A falta de un minuto, el Móstoles sacaba el portero jugador a sabiendas de que en una tanda de pena máxima podrían salir mal parados visto lo visto. Budia anotaba en primer lugar, sumándose Ivi y Valen. Mientras tanto, Mario Gómez había detenido dos penaltis para acrecentar su partido personal que difícilmente olvidará jamás.
Con el último tanto de Dani, a quien no le temblaron las piernas para anotar, se confirmaba la fiesta en El Sargal para jolgorio de toda la afición, saltando un nutrido grupo de jóvenes a la cancha para celebrarlo con los integrantes del primer equipo, emocionados tras la gesta de hoy. 4-2 era el resultado en esta emocionantísima tanda.
Poco más que decir de uno de esos partidos que hacen que amemos el deporte. Irracional como pocos y divertido como ninguno. De momento, el VivoCuenca se invita a otra ronda de Copas y, a riesgo de repetirnos, se puede decir que ha vuelto a hacer historia.