Final agridulce para el VivoCuenca, que lo puso todo de su parte para lograr lo imposible. 10-5 han ganado los azulones en su compromiso ante el Azuqueca, aunque la otra cara de la moneda sería la que les amargaría: un gol sobre la bocina del Sierra San Vicente -líder del grupo- evitaba la carambola y, por ende, los conquenses se quedan sin la recompensa del ascenso a pesar de comandar la clasificación prácticamente toda la temporada.
Sonaba el silbato del árbitro sacando el Azuqueca, los del Vivo muy colocados y concentrados hacían que el equipo visitante tuviera muchos problemas para llegar al área con peligro. Empezaba a gustarse el Vivo y tras una gran jugada de toques entre Carlos Valero y Daniel en el minuto 14 de partido llegaba el primer acercamiento con peligro al área rival, con un tiro que se marchó desviado por poco.
Un minuto después abría puerta el Vivo, pero también llegaron sus peores minutos, cometiendo errores garrafales en defensa que les costaron no solo el empate sino ponerse por debajo en el marcador. Para más inri, el segundo gol, tras un mal rechace de la defensa local, entró por debajo de las piernas del guardameta Mario Gómez.
Y por segundo partido consecutivo en el que empezaban perdiendo en casa, volvió a tirar el VivoCuenca de casta y coraje, tal como gritaba su afición: “El VivoCuenca nunca se rinde”.
Sabiendo sobreponerse al segundo gol del Azuqueca, con un tiempo muerto solicitado por los de Manuel Moya, cuando quedaban 10 minutos para el descanso, llegaron las mejores jugadas del equipo local. Pases bien colocados, ataques rápidos, precisos y organizados e incluso saques de falta ensayados, llevaron por el buen camino al Vivo.
A pesar de los pocos ataques que lograba terminar el Azuqueca con peligro, el portero local se empeñaba en acciones por arriba que, o bien ganaba el Azuqueca, o bien eran un regalo para su portero. Aun así, esos regalos les servían a los azulones para recolocarse y organizar de nuevo la defensa y el ataque.
Muchos toques, buenos pases y sobre todo mucho acierto en los tiros a puerta llevaron al Vivo a contar con una ventaja de 4-2 al paso por vestuarios, goles, estos últimos, de Carlos Budia e Iván Algara 'Ivi'.
Al comienzo del segundo tiempo, una jugada de ataque del Vivo llevó a la lesión de Javier Peña. Estos 20 minutos fueron más de lo mismo: un baño de fútbol y goles del Vivo al Azuqueca. Así, Carlos Valero hizo el quinto y el sexto para el Vivo, y un tiro más al palo en el trascurso de 5 minutos.
Ivi hacía el 7-3 en el marcador, pero a pesar de lo que pueda parecer con el resultado, no todo fue un camino de rosas, puesto que los de Azuqueca también tuvieron sus momentos. Con los visitantes atacando, el portero local realizó tres intervenciones magistrales que con las que se ganó los aplausos del público.
En el momento en el que el Azuqueca se jugó el todo por el todo con el portero jugador, el Vivo les encajó dos goles desde el centro del campo que terminaron de hundir las esperanzas de los de Juan José Lozano.
Se llegaba al final del partido con un contundente 10-5 para el vivo, con los deberes hechos. Pero el verdadero partido llegaba tras el pitido final del árbitro en el San Fernando. Ni las gradas, ni los jugadores, ni el equipo técnico y si me apuran, ni el equipo rival se movía del pabellón, estaba un equipo completo pendiente de una videollamada.
El Sierra San Vicente estaba todavía disputando su partido y además iba ganando. La locura se desató cuando el Socuéllamos empataba a 3 el partido a falta de pocos minutos para el final. Y, como cuando dependes de otro, solo te queda esperar, sufría el Vivo pendiente de la pantalla.
Quedando 2 minutos para acabar, el Sierra metía el gol de la victoria y las esperanzas de los azulones caían en picado. No obstante, hasta el final nadie se movió, nadie perdió la esperanza y cuando en la llamada se vio el final del partido que enfrentaba al Socuéllamos contra el Sierra con victoria para los de verde, Manuel Moya llamó a sus jugadores al centro de la cancha: el trabajo estaba hecho.
