Victoria para soñar del San José Obrero. 2-1 se han impuesto los conquenses en el Obispo Laplana, que ha sido testigo de una buena versión de los rojillos. Ordenado en defensa y efectivo en ataque, los goles de Gregor y Jesús valen tres puntos de oro para seguir luchando por la permanencia.
El choque daba comienzo con un carácter tosco y poco atractivo para el espectador. Los balones largos se hacían protagonistas de cada acción de ataque, costando mucho el mantener una posesión prolongada que permitiesen ataques ordenados.
La primera llegaría en botas de Gregor, que no llegaría a conectar correctamente con el esférico al recibir en el corazón del área un centro proveniente de la derecha. Empezaría a ganar presencia el Madridejos en área rival, imprimiendo un ritmo de juego que no conseguía traducir en gol.
No permitiría el Obrero que el dominio se prolongase demasiado: en el minuto 20, Gregor remataba dentro del área un centro llegado desde la banda derecha. No entrañaba peligro aparente, pues iba excesivamente bombeado. Sin embargo, pilló de sorpresa a Miguel, meta del Madridejos, que erró a la hora de calcular la trayectoria de un balón que se fue envenenando para acabar colándose cerca del palo.
Replicaban los visitantes cuando Salin finalizaba un centro de Dani, lanzándose abajo Mario para evitar males mayores. Se crecían los azulones, que se topaban con la madera al filo de la media hora cuando Salin finalizaba una acción. Muy bien colocado estaba Mario para detener estoicamente un cabezazo de Alan a centro de Greuchi, que se cobraba un libre indirecto. La primera mitad terminaba con unos minutos toscos, de nuevo, debido a las numerosas interrupciones y encontronazos entre jugadores, tan solo alterados por un paradón de Mario a Firdaus.
Los segundos 45 minutos empezarían con una ejecución de falta por parte de Greuchi con una trayectoria demasiado centrada a las manos de Mario. El Obrero echaría por tierra ese intento de meterse en el partido con un tempranero jarro de agua fría a los azulones: Jesús ponía el 2-0 desde los once metros después de que el colegiado señalase falta dentro del área.
Se le ponían muy de cara las cosas al Obrero, que, durmiendo el partido, sometía a un Madridejos con pocos argumentos para meterse en el encuentro. Se acercaban los últimos quince minutos y empezaban a dudar los rojillos, que no conseguían matar el partido y que lo pagarían con un susto: un buen balón al hueco por arriba, en medio de los centrales, encontró a Alan. Le tapó Mario en el uno contra uno, pero el rechace favoreció a Iván, quien, ahora sí, marcaría a placer.
Se calentaba el partido –en términos climatológicos y futbolísticos- en este tramo final, con un Obrero que defendía con uñas y dientes una ventaja que, sabían, valía oro. Lo intentaban los madridejenses con balones largos que neutralizaban bien los conquenes, sin dar lugar a que peligrase su ventaja en unos últimos minutos marcados más por la polémica de las continuas faltas –Thierry Banbe, del Madridejos, vería la cartulina roja en el añadido- que por el propio juego en sí.
Victoria ajustada que les permite seguir soñando con la permanencia a los rojillos, que aún tendrán que trabajar mucho en los partidos que restan si quieren mantener vivas estas esperanzas. Por lo pronto, no podrán fallar en el trascendental partido de la semana que viene ante el Horche, combinado que también puja por salir de la zona roja.
