“Llevaría en casa algo más de dos semanas, con el confinamiento, centrado en mi Trabajo de Fin de Grado y otros planteamientos personales cuando recibí la llamada. Sabes que es algo pendiente pero nunca esperas que te vaya a tocar, me lo ofrecieron y tomé la decisión de aceptarlo”.
Así es como describe Víctor Pardo el momento en el que decidió embarcarse posiblemente en la más exigente de las asignaturas que haya cursado hasta el momento en su grado de Enfermería. El palista internacional del Club Cuenca Con Carácter es uno de los alumnos de cuarto curso que se ha sumado desde la pasada semana al servicio sanitario conquense para seguir insuflando apoyo en la lucha contra el virus.
La reincorporación al Virgen de la Luz, lugar donde cursaba sus prácticas hasta la proclamación del estado de alarma, fue todo un choque de realidad para este piragüista conquense. “Cuando se dio el estado de alarma nos suspendieron las prácticas para luego darlas como finalizadas, a lo largo de los días siguientes la UCLM medió por el SESCAM para buscar una alternativa de recursos humanos que terminó publicándose en el boletín autonómico para que alumnos pudieran ser contratados bajo una nueva profesión llamada “auxilio sanitario”, que al ser algo nuevo las delimitaciones laborales no están bien definidas”, explica Pardo que señala el cambio que ha sufrido el centro sanitario.
“Hemos vuelto con una situación completamente distinta. Las rutinas, los procedimientos, la forma de actuar,… todo ha cambiado y para mí ha sido un buen choque que te hace entender muchas de las cosas que están pasando. Es una situación dura, con una carga de trabajo importante porque los que antes se hacía en media hora, ahora puede llevar hora y media o más para mantener la seguridad del paciente y la nuestra, además de una carga física y mental es bastante fuerte”, añade incidiendo en que “cuando estás fuera lo ves de otra forma y es fácil decir se tiene que hacer esto o se podría haber hecho aquello otro. Cuando ves cómo se vive la enfermedad y cómo evolucionan los pacientes y que se toman decisiones con vidas en juego, es más complicado ponerte hablar de esas cosas, sólo tienes ganas de salir del hospital, dejar todo lo que has vivido para llegar a casa y pensar en otra cosa”.
"Todo lo que llevo vivido en el deporte me ha permitido tener la cabeza más fría y concentrarme cuando entro en el hospital"
"En la carrera te preparan para la profesión de enfermería, pero nada te prepara para esto. Las compañeras que llevan 30 años de profesión nunca hubieran pensado en estar en una situación así. La gente ha tenido que aprender mucho en muy poco tiempo para poder avanzar. Nos vemos metidos en una situación muy difícil, pero sé que lo que aprendamos ahora será para toda la vida. Tenemos la oportunidad de aprender y saber cómo afrontar estos escenarios inéditos hasta el momento, sí lo hacemos bien y actuamos es algo que nos marcará para bien a largo plazo en nuestra vida personal”.
Un reto mayúsculo, el de la lucha ante las consecuencias de COVID-19, que tiene poco que ver con el sacrificio deportivo de este conquense que el pasado en los últimos años no ha parado de llevar a Cuenca por todo el mundo participando en pruebas internacionales tanto en la modalidad de pista (velocidad) como en la de maratón.
Pese a ello, Pardo sí saca en clave su preparación como piragüista con su actual labor de enfermero: “hace unos días, hablando con un compañero del club me dijo que primero somos personas y luego deportistas, y he comprobado que todo lo que llevo vivido en el deporte me ha permitido tener la cabeza más fría y enfocarme al máximo cuando entro en el hospital”.
Así, Pardo continúa sumando turnos de forma precoz en lo que supone todo una prueba de fuego para su profesión. Aquella que, al igual que todas las que funcionan en estos momentos y lo hacen por el bien común, aplaudimos cada día a las ocho de la tarde como forma de agradecimiento y reconocimiento a su labor impagable".
