A unos pocos kilómetros de Villalba de la Sierra y otros 20 de la capital conquense, se encuentra el campo de golf ‘La Vereda’. Un terreno de juego de este deporte calificado como ‘campo rústico’ por su propia naturaleza silvestre. “Ahora la federación los llaman ‘campos cortos’, pero su característica esencial es ser un terreno en el que apenas necesita mantenimiento más allá de la limpieza o el segado de algunas zonas”, explica José Miguel Molina, presidente actual del club de golf La Vereda.
Desde la organización destacan que este espacio ha sido “la cuna del golf” en Cuenca cuando “allá por los años 90 la gente de Villalba de la Sierra comenzó a adecuar lo que es una zona de trashumancia a lo que es hoy día el campo de golf”, añade Nacho Jiménez, uno de los socios del club que se fundó pocos años después y que en su momento álgido llegó a contar con más de 220 socios. “Antaño, todo el que jugaba al golf lo hacía aquí, era un espacio que, sobre todo en otoño y primavera, tiene muy buenas condiciones y hemos vivido multitud de casos en que los turistas que estaban de paso se han quedado sorprendidos por encontrarse un campo de golf en este entorno”, explica Molina. Y es que, pese a que ha cumplido tres décadas recientemente, todavía sigue sorprendiendo la localización de este campo de golf rústico a conquenses y foráneos.
“Es un campo con 9 greenes y 18 salidas. En cuanto a su disposición, es muy diverso, no podemos olvidar que estamos en un paraje natural, las calles están flanqueadas por un vasto pinar que es todo un regalo a la vista que ha sido catalogado en varias ocasiones como el mejor campo de golf rústico de España por la federación”, comenta José Miguel.
GOLF ACCESIBLE
Una de las premisas con las que nació este club de golf de La Vereda fue el de acercar la práctica de este deporte a cualquiera que se anime a probarlo sin que el aspecto económico o el no haberlo practicado nunca supongan una barrera. “El golf es un deporte único. Yo era de los que pensaba que era una tontería estar golpeando una pelotita e ir detrás de ella de aquí para allá, hasta que lo pruebas y te engancha”, detalla Jiménez. “Normalmente, para tú poder jugar al golf en un campo al uso, pagas una cuota de socio más luego una inscripción por cada torneo que juegas. Estos pagos suelen ser importes altos porque el mantenimiento de estas instalaciones es elevado, los campos hay que regarlos, cortarlos, etc. Pero en nuestro caso, al ser un campo que necesita poco mantenimiento, la cuota de inscripción es sólo de 30 euros al año, es un precio más que asequible para todo aquel que quiera animarse a probar el golf. Si nunca lo has probado, es normal que haya recelo en hacer un desembolso grande para comenzar, pero este campo supone una oportunidad para aquel que quiera probarlo lo haga sin problema, y si de ahí le gusta y comienza a tener nivel, poder asumir el salto a campos de golf y competiciones” defiende el presidente del club a sabiendas de que “varios de nuestros golfistas han llegado a clasificarse para torneos regionales y nacionales de golf”. Asimismo, desde el club destacan que es una práctica que “se le da particularmente bien a gente que practica deportes como el tenis o el pádel, pero que, a diferencia del resto de deportes, tiene la particularidad de que compites contra ti mismo y el número de golpes. Además, no se necesita tener una gran condición física para practicarlo y, en los tiempos actuales que vivimos por la pandemia, puede practicarse sin problema, porque se pueden mantener las distancias entre jugadores, cada jugador lleva su propio material, se practica al aire libre y espacios muy abiertos, etcétera”.
PLANES DE FUTURO
Con todo, el club de golf La Vereda, que actualmente cuenta con unos 120 socios, busca seguir creciendo para poder mejorar la calidad y la accesibilidad de este deporte en Cuenca. “Si bien es cierto que el campo no necesita un mantenimiento como un campo típico de golf, sí tiramos mucho del voluntariado de los socios a la hora de limpiar la zona porque te encuentras basura que tiran por ahí, despejar el terreno de piñas o segar determinadas zonas, y la mayor parte de los fondos se destinan pues a la compra de premios para los torneos que se disputan cada fin de semana”. Por ello, trabajan para contar con un mayor apoyo institucional como de empresas privadas, “es un deporte que mientras juegas, puedes ir comentando, haciendo negocios, con lo que no deja de ser una oportunidad para convertir una reunión de trabajo en una grata mañana de actividad”.
Un paraje cuidado entre el hombre y la naturaleza
El campo de golf rústico de La Vereda cumple con la particularidad de que depende de la época del año en que lo visitemos supondrá una u otra dificultad en función de las lluvias y el estado del terreno. No hay que olvidar que es un espacio marcado en la ruta de la trashumancia, por lo que cuando la hierba está muy alta, las grandes manadas de ganado recortan el pasto dejándolo listo de nuevo para su función deportiva. Es el propio paraje natural el que se autogestiona y que tiene una acción muy limitada por parte de los usuarios del club de golf, más allá de la retirada de piñas, basuras que tristemente aparecen en el paraje y otras tareas de mantenimiento mínimo en comparación al regado diario y corte que necesita un campo de golf normal. Además, la zona también es un paso habitual de senderistas y ciclistas que, en palabras de los propios socios de La Vereda, “agradecen el cuidado y limpieza del espacio”, lo que hacen de este lugar un entorno único no sólo para el desempeño del golf, sino para disfrutar de la belleza de La Serranía de Cuenca.
Este es otro de los objetivos que persigue el club, una alianza entre deporte y turismo que saque rendimiento de la estancia de los “turistas de interior” con el aliciente de una práctica deportiva “atractiva y accesible”, que complemente así la oferta de posibilidades en la provincia.
