El “rayo verde” distintivo del TriSchool Cuenca sigue brillando pese a la complicada situación que vive el deporte en general. Si ya de por sí la práctica de una actividad se ve fuertemente condicionada por las medidas como la obligatoriedad de tener una licencia federativa o adaptarse a los espacios de uso, imagínense cuando su deporte lo conforman otras tres disciplinas. Es sólo una de las múltiples barreras a las que ha tenido que hacer frente este club de triatlón que aglutina a más de un centenar de participantes entre sus distintas categorías, desde los ‘tripeques’ (4-6 años) hasta los adultos.
Sea por tierra, agua o en bicicleta, la pasión por este deporte sigue puliéndose desde edades tempranas mediante el esfuerzo de un cuerpo técnico formado por Dani Guerra, Cristian Gómez, Rodrigo García y Carlos Jiménez “Charly”.
Ellos son los encargados de entrenar a los numerosos atletas del club. “Las sesiones son muy parecidas entre los grupos de edad, obviamente, con los más pequeños intentamos que se diviertan en todo momento, crearles una base enfocada en el ámbito de la educación en el deporte, que lo entiendan como algo saludable, que aprendan a jugar y formar equipo al tiempo que desarrollan su psicomotricidad”, explica Cristian.
"“Lo que más me gusta de ser entrenador es transmitir a los chavales lo bueno de este deporte"
Una vez los triatletas crecen, la técnica tanto en el agua como en carrera o sobre la bici va siendo parte primordial en su desarrollo. “Es un deporte variado y que es importante manejarse en las tres disciplinas”, explica Dani Guerra poniendo como ejemplo que, durante el cierre de la piscina, priorizaron más los aspectos de la carrera a pie, “así como algo de mecánica para la bici”.
Por su parte, Rodrigo García, que se estrena esta temporada como técnico en el Trischool hace hincapié en la importancia por continuar esa pasión por el triatlón. “Lo que más me gusta de ser entrenador es transmitir a los chavales lo bueno de este deporte. Yo me he criado aquí y quiero que siga habiendo grandes atletas como Pepe Miota o Lola Castellote. El cuerpo técnico es una gozada porque los conozco desde hace tiempo y nos coordinamos muy bien más allá de los problemas que nos surgen con esto de la pandemia de tener que decirle a los padres de un día para otro que ha habido algún cambio”.
Tras un desastroso año 2020 marcado por la pandemia y las barreras a poder entrenar con normalidad (en especial en la piscina Silvia Lara por el cierre durante tres meses por las medidas sanitarias), el club vuelve a rodar con la vista puesta en las primeras competiciones de este nuevo año. En marzo, espera el primer duatlón regional en Almansa, mientras que en abril será la cita nacional en Avilés. Dos compromisos en el que los conquenses esperan poder volver a disfrutar de esta triple disciplina para dejar a Cuenca en lo más alto.
