Son las 15:30 aproximadamente de la tarde del sábado cuando el bocinazo resuena en toda la Playa Artificial de Cuenca. Casi cabecitas que se vislumbraban en el agua comienzan a estar acompañadas de olas y la fotografía se convierte en una marabunta de brazos surcando el Júcar río arriba.
En el agua, la baja temperatura del líquido contrasta con el calor del aire, hecho que permite ver un escenario distinto al de la anterior edición, donde no faltaba el neopreno en ninguno de los triatletas que se aventuraron a participar. En la playa, más de un centenar de espectadores anima en la salida a los nadadores, algunos corren raudos al siguiente puesto de vigilancia una vez arrancan, otros se quedan intentando distinguir quién es el participante que deben animar. En esta situación, la marca del gorro o los colores de 'tritraje' que tímidamente asoman por encima de la agua logran sacar del apuro a las familias y amigos. Pocos instantes después, un segundo bocinazo indica el turno de ellas. Una quincena apenas de mujeres que comienzan a nadar río arriba para acometer la hazaña de la prueba combinada que llevará al límite sus fuerzas y su pasión por el deporte.
QUÍNTA CORONA
Pasados veintiún minutos desde el inicio de la prueba, el vigente campeón, 'Pakillo' Fernández-Cortés (Bull Project Triatlón) es el primero en salir del agua pese a venir de una lesión de hombro que le limitaba a entrenar "lo básico en natación", como el que quiere ensombrecer el hecho de que estos atletas están hechos de otro material. Tres segundos después de él sale Alberto Casillas (Triatlon IMD Segovia), seguido de Óscar González (Triatlón Albacete) y Fran Perales (Marlins Triatlón Madrid). Es el turno de la bici, y los corredores enfilan carretera arriba los 40 kilómetros que los llevarán por la hoz del gran río con sus grandiosos paisajes.
"Como venía Alberto, que sé que es muy buen ciclista, he intentado coronar con él y hacer la bajada, y sabiendo que el es más de distancia corta y yo de larga, he esperado a la segunda parte del tramo y le he atacado subiendo al segundo puerto, ahí he abierto entre 30 y 40 segundos y en la bajada me he suicididado, porque llevaba frenos, pero podía haber ido sin ellos perfectamente, con la idea de obtener la máxima renta posible y así correr tranquilo, o por lo menos regular la carrera". De esta manera explicaba tras la carrera Fernández-Cortés su estrategia. Una dosificación de fuerzas "diferente a otros años", tal y como él mismo señalaba y que le otorgó encarar los últimos metros de bicicleta, ya regresado a la ciudad, con una considerable ventaja sobre su rival, Fran Perales, quien había aprovechado el recorrido a pedaladas para birlar el segundo puesto a Casillas.
Tras cambiar las calas por zapatillas de correr, el extremeño mantuvo la distancia pese a los constantes esfuerzos de Fran Perales, quien redujo en las dos primeras vueltas la distancia con el líder de 1 minuto y 30 segundos a algo más de un minuto. Sin embargo, el actual rey de la prueba no estuvo dispuesto a ser derrocado, y si el año pasado cruzó la meta con ambas manos señalando el número '4', éste lo hizo con la palma abierta de manera completa, señalando 'la manita' de triatlones conquenses en los que se ha coronado triunfador, y con un tiempo de 2 horas, 3 minutos y 39 segundos, dominando en las tres áreas siempre en cabeza.
Instantes después de lograr ser campéon e intercambiar felicitaciones con Fran Perales (2º) y Alberto Casillas (3º), 'Paquillo' se sinceraba: "El triatlón de Cuenca a mí me flipa, pero sabía que teniendo el hombro tocado no saldría con tanta ventaja del agua, sabía que tenía que darlo todo en bici, es lo que hecho. En la parte del final, mi hermano andaba con el crono por las esquinas, acojonándome de cómo me iba recortando (Perales), pero bueno, la quinta victoria aquí, muy contento y esperemos que haya una sexta".
LA PROEZA DE MARÍA VARO
Por su parte, el desenlace de la victoria en categoría femenina tuvo detrás toda una historia de superación. María Varo (Triatlón Clavería Móstoles), quien en abril de este año sufrió un atropello mientras se entrenaba, lo que le ocasionó "secuelas faciales y en el hombro", según indicaba entonces en su publicación de Instagram. "Tuve que estar mes y medio parada, pero por suerte me he recuperado muy bien, el hombro y el cuello van genial y me he sorprendido a mi misma, también es mi forma de ser, soy muy cabezota y cuando me propongo algo, voy a por ello", contaba la triatleta una vez finalizada la prueba.
La toledana completó la primera etapa del triatlón sólo detrás de María Guerra, del TriSchool Cuenca, pero ya en la bici, y pese a los grandes contratiempos, conseguía sacarle casi dos minutos a su perseguidora, Sara Gozalo del Club Triatlón Las Rozas: "Me ha pasado de todo, nada más salir se me ha caído el bidón, luego se me ha roto el cambio, me he parado y lo he conseguido arreglar, y a partir de ahí muy bien, he disfrutado un montón con la bici, la verdad es que tenéis una suerte tremenda de tener estos paisajes", añadía.
En el tramo de carrera, Varo aumentaba la distancia con respecto a sus perseguidoras y logró cruzar la línea de meta tras 2 horas, 26 minutos y 58 segundos de comepetición. Así, recordó su anterior participación en 2016, cuando entonces la Triatlón Hoces de Cuenca no fue un plato de buen gusto. "Ahora la he disfrutado, en 2016 lo pasé mal, me deshidraté, no comí, pero este año lo he disfrutado muchísimo, sobre todo la carrera, pero en la bici me he exprimido más", afirmaba.
El podio femenino lo completó Sara Gozalo con 2:40:47 y Ana Sanroma dl Bicicletas Pina-Fundación Azierta-Tritoledo.
Tras las grandes proezas de los campeones, quedan otras de los más de doscientos participantes que acogió en esta ocasión la dura prueba conquense. Una Triatlón Hoces de Cuenca que mantiene su esencia y su pasión por esta disciplina y que espera volver el próximo año para exprimir la resistencia de los y las valientes que se aventuran a participar en ella.