No apto para cardíacos. Los partidos del Incarlopsa Cuenca volvieron a ser lo que eran. Encuentros cargados de emoción, espectáculo y un graderío ensordecedor. Factores que hacen recuperar al deporte parte de esta antigua normalidad y que sirvieron para celebrar el estreno con triunfo ante todo un Balonmano Benidorm.
El encuentro ya comenzaba dejando a los presentes con las emociones a flor de piel con el homenaje del club a la figura de Julián Martínez "Chavo". Era sólo una pequeña chispa del vendaval que se antojaba una vez el balón echó a rodar. Y es que el partido era una auténtica prueba de fuego para un Incarlopsa Cuenca rejuvenecido, con hasta cinco jugadores (Arnau, Sergi, Prantner, Joaquim y Ante) debutando en la Liga Sacyr Asobal y teniendo enfrente a toda una armada alicantina liderada por Nacho Vallés, que no falló en sus tanteos habituales cuando juega contra Cuenca (9 goles en 10 lanzamientos).
Samu Ibáñez empezó por todo lo alto encadenando varias paradas. Fue la resistencia oportuna para hacer volar en ataque a los detalles de Fede Pizarro junto a los cañonazos de Thiago Alves. Los "veteranos" tiraban del carro del Incarlopsa para conseguir un parcial temprano que llegó a su máximo con la conclusión de la primera parte, con el equipo de Lidio Jiménez dominando el electrónico por 16-12.
Y es que Cuenca se gustó ante un Sargal que recuperó gran parte de sus aficionados y una Furia Conquense que se añoraba demasiado. Era el empuje necesario para los locales que repartieron a doquier los tantos con Bulzamini, Pozzer, Arnau o Nacho Moya sumando en las estadísticas. El extremo conquense consiguió además su gol número 500 en la Liga Asobal.
El panorama varió de cara al segundo tiempo. El Benidorm fue asentándose sobre el encuentro y Latorre dejó los experimentos como la defensa en '3-2-1' para atrincherarse en su área y provocar numerosos errores y pérdidas al cuadro local. Poco a poco y sin decaer en su empeño, los alicantinos fueron limando la desventaja hasta empatar la contienda a 20 goles, momento en el que Lidio no aguantó más y pidió un tiempo muerto.
Pese a faltar algo menos de 20 minutos para la conclusión, el partido entró en una dinámica brutal donde cada ataque y cada gol valió su peso en oro. Cuenca tuvo mano para no dejarse desbancar en el tanteo y siempre llevó la iniciativa con un gol arriba y empate en jugada posterior hasta que Ante Grbavac presentó sus galones bajo palos. Una primera parada del croata hizo posible el posterior gol de Fede Pizarro con el que Cuenca conseguía el 'más dos' (27-25), obligando a Latorre a pedir tiempo muerto.
Restaban diez minutos para la conclusión y Cuenca volvió a tambalearse. Carrillo y Parker Lewis empataron el partido a 27 y, a partir de aquí, los porteros y los postes se erigieron en protagonistas al tiempo que a más de uno se le alteraron las pulsaciones por la tensión del momento.
Arnau Fernández anotó el gol 28 para los suyos, pero LuisFe daría la reválida para el Benidorm. Tras un lanzamiento al poster de Pizarro, Martín Doldán apareció salvador para hacerse con el rechace y marcar el 29-28 con tres minutos y medio para el final, pero por más posesiones que disfrutaron ambos equipos, el marcador no se movió. A Cuenca le ganaron los nervios y las tomas de decisiones anticipadas, mientras que Benidorm se estrelló ante un Grbavac que resurgió de manera providencial para dejar el triunfo en casa.
Una victoria que sabe especialmente bien teniendo en cuenta la gran cantidad de jugadores 'tocados' con los que contaba el Incarlopsa Cuenca y la juventud de otros cuantos. Ahora el equipo disputará este martes el Trofeo JCCM de Balonmano en Albacete previo paso a viajar a Pamplona para competir en la segunda cita de Asobal.
