El cuadro blanquiazul volverá a poner rumbo hacia Azuqueca dos semanas después del desafortunado episodio que evitó celebrar el partido entre ambos equipos: la detección de un positivo por Covid-19 en el conjunto azudense horas antes del inicio del choque.
El contratiempo, lejos de desconcentrar a los pupilos de Jorge Cañete, les llevó a aunarse para recuperar las buenas sensaciones que le equipo había mostrado en tramos puntuales de los encuentros anteriores. Así, el equipo taranconero desplegó una mejoría en su juego más que notable en su último encuentro ante el Torrijos, que le sirvió para firmar el triunfo por 2-0 con goles de Sergio “Cheki” y Juan Manuel Mazzochi.
Conteniendo en parte la euforia, Cañete avanzaba que el nuevo reto de recuperar este encuentro no es nada “asequible”, pues el técnico advierte del rival, un Azuqueca muy metódico y del que conoce muy bien las armas a utilizar por su homólogo en el banquillo rival, Sergio Rubio.
Con todo, el equipo azudense llega a esta cita después de no competir en los últimos 15 días, por lo que la intensidad que impongan en el partido los taranconeros será clave a la hora de ver cómo se comporta su rival. Además, está la cuestión de la superficie, un San Miguel del que el entrenador del Aluminios Jovi CD Tarancón señala como “de dimensiones muy reducidas y de césped artificial”, por lo que la capacidad de adaptación de los blanquiazules volverá a ponerse a prueba. Todo un reto en el que el equipo espera volver a mostrar una cara seria y que conceda muy pocas ocasiones a su contrario, tal y como hizo en su último partido.