Tras dejar atrás el histórico momento de la finalización de la prueba de motor más dura del planeta como padre e hija, Manolo y Mónica Plaza echan un breve vistazo atrás para recobrar algo que les cuesta definir con palabras ante el cúmulo de emociones surgidas en los 13 días de competición, 12 etapas y los casi 7.800 kilómetros de recorrido de este Dakar que se estrenaba en Arabia Saudí.
“Creo que ha sido el año que más repercusión hemos tenido, ha sido increíble”, nos comenta Manolo Plaza casi en la misma línea que la copiloto que le ha guiado por los inhóspitos tramos de la península arábiga, su hija Mónica: “Yo lo describiría como muy emotivo por todos los mensajes de la gente, la que conoces, la que no, de Cuenca, de toda España e incluso fuera de ella, ha sido emocionante y desde luego inesperado”, añade la conquense mientras nos enseña una serie de recortes de prensa internacional en el que se hacían eco de la aventura de esta dupla de amantes del motor y los rallies.
Unas buenas palabras que contrastan con la otra cara más amarga que han sufrido los conquenses, que no pudieron rodar prácticamente tranquilos ni un sólo día de competición. “Se disfruta muchísimo, pero la pena es que no hemos tenido suerte con el coche, no fue ningún día bien, pero aun así, el hecho de terminar le da más valor, porque lo hemos cuidado muchísimo, incluso en los últimos días de competición, en los que estábamos entre los 25 mejores, la gente nos decía ‘¡Ya está bien el coche!, ¿no?’, y no era así, parábamos cada cierto tiempo a echar aceite porque el sistema electrónico no reconocía bien el nuevo motor”, detalla Manolo. “La verdad es que ha sido un poco frustrante ver como no podías competir al máximo, como en zonas rápidas coches igual que el tuyo te adelantaban, te quedabas atrás. Los tres últimos días hicimos tiempos muy buenos pero tenemos esa espinita de no haber podido quedar en mejor posición”, comenta Mónica.
La penalización del cambio de motor, al que se unió más tarde otra de la caja de cambios fue lo que les privó de perseguir el objetivo de estar más adelante, pero dentro de esa adversidad, la copiloto destaca el compañerismo que existe en una prueba como esta, ya que cuando los conquenses rompieron su caja de cambios en la 10ª etapa, “tuvimos que volver al campamento, era el día en el que los mecánicos descansaban por primera vez en todo el campeonato, sin embargo cuando llegamos tenían la caja nueva preparada y todos los mecánicos de los otros coches nos ayudaron a cambiarla, es algo que me ha sorprendido respecto otras pruebas de este deporte, aquí se celebra no sólo el que tú termines y lo logres, sino que también lo haga el resto”.
A los problemas técnicos se unieron momentos duros en los que los Plaza mantuvieron el tipo, con dunas gigantes con caídas verticales “en las que no parabas de tener miedo porque parecía que detrás no había nada”, o tramos de piedra a prueba de estómagos: “recuerdo el final de una etapa con una zona de piedra que no terminaba y creía que estaba en una batidora, además había un punto de paso escondido en el que muchos corredores cayeron y casi se nos hace de noche”, cuenta la conquense.
PASAR A LA HISTORIA
Pero por muy complicado que fuera todo, el final lo compensó con creces. En los últimos instantes, Mónica nos recuerda “el silencio que se hizo, dejé de cantarle a mi padre el ‘roadbook’, estábamos muy emocionados”, mientras que para Manolo, que suponía la 15ª participación en esta carrera, se cumplía el sueño de completarla junto a su hija. Una sensación que está muy cerca de que vuelva a repetirse el próximo año, pues tal y como nos señala el propio piloto “los sponsors y en este caso Momentum están encantados con la repercusión cosechada y nos han dicho que están interesados en ayudarnos también en el 2021 y continuar con el proyecto que tenemos. Además, hemos conversado con fabricantes de vehículos y recibido otras muchas propuestas, así que no nos falta la ilusión”. De esta forma, todo apunta a que padre e hija volverán a llevar el nombre de Cuenca más allá de las fronteras nacionales para combatir contra los elementos en una aventura que ya forma historia del mundo del motor.