El resultado final fue un empate a uno donde el obrero mereció más por calidad de juego, pero en el futbol no basta con ser superior sino que lo más importante es no perdonar tantas ocasiones como perdonó el Obrero.
El entrenador de los rojillos había preparado el partido para dominarlo con balón y desde el principio del encuentro los jugadores cumplían con las exigencias del entrenador e incluso en acciones a balón parado tuvieron los Obreros alguna oportunidad para adelantarse en el marcador.
La realidad es que, durante la primera parte hubo mucho control de pelota, pero no se tuvieron ocasiones claras de gol por ninguno de los dos equipos durante los primeros 25 minutos, salvo un par de faltas en las que intervino el guardameta de los de Jose Francisco Tavares.
El Yuncos en las raras ocasiones en las que tocaba balón y pillaba a los rojillos descolocados, conseguían acciones aisladas por banda. Justo antes de llegar al descanso, en un mal despeje y por demerito del San José, el Yuncos se pone por delante en el marcador, siendo un golpe de moral ante el paso por vestuarios.
En la segunda parte, el Obrero cambió el sistema de juego y se plantó con superioridad numérica tras la expulsión de A. Bravo para los amarillos.
En la segunda parte, el Obrero cambió el sistema de juego y además, se plantó con prácticamente toda la segunda parte por delante, con superioridad numérica tras la expulsión de A. Bravo para los amarillos.
Cuando los rojillos tenían el partido donde querían y estaban gustándose en juego, un error infantil, fruto de los nervios y la adrenalina, hizo que J.Gabriel viera la roja y se terminara la superioridad numérica de la que podrían haber sacado más beneficio.
La respuesta del San José típica de su pundonor, lejos de desesperarse por ir perdiendo, mantuvieron su juego y siguieron siendo superiores durante todo el encuentro.
En el futbol nunca se sabe, pero por estadística cuando el cántaro va tantas veces a la fuente, al final termina por romperse y en este caso, se rompió cuando el Obrero consiguió empatar el partido tras un centro lateral y un contundente cabezazo de Requena. Se sucedían las ocasiones para los rojillos en jugadas bien trabajadas y también a balón parado, hubo un par de corner que hicieron temblar los cimientos del Complejo Villa de Yuncos.