El San José Obrero pierde el derbi en San Clemente (3-0)
Después de muchas derrotas consecutivas, le tocaba al San José Obrero visitar al líder de la competición, y lo hacía con la moral baja, pero con ganas de seguir luchando por cambiar la racha, intentar sumar y alejarse de los puestos de peligro. Lo intentaron durante la primera parte, pero el segundo gol encajado nada más empezar la segunda acabó con el sueño obrero.
El equipo salió muy bien en la primera parte, dispuesto a hacerle frente al todopoderoso San Clemente, líder invicto del campeonato. Los rojillos fueron fieles a su estilo de juego, sabedores de que no eran favoritos en el partido; intentaron durante los 45 minutos dar la campanada.
Jugaron bien durante los primeros 30 minutos, fueron los dominadores en cuanto a ocasiones de gol y supieron mantener las líneas cuando el San Clemente tenía el balón. Sin embargo, desde la temporada pasada les cuesta mucho encontrar la portería, y ese problema al final termina pasando factura. El ejemplo claro de la falta de gol fue el mano a mano protagonizado por Kameni que terminó ganando el guardameta local.
Más tarde, la tuvo otra vez el Obrero, con un lanzamiento de Sergima que dio en el larguero y les daba aliento a los rojillos para seguir intentándolo y continuar dominando las situaciones de peligro del encuentro. Aunque en los primeros minutos se vio sorprendido el San Clemente por las ganas y el empuje de los obreros, en el fútbol, si tienes tres ocasiones y las perdonas, corres el riesgo de que el rival no falle, y eso es lo que terminó pasando al final de la primera parte. Cuando mejor estaba el Obrero, una jugada aislada del San Clemente termina en un córner que no se defiende con la contundencia necesaria, y tras varios rechaces llega el 1-0.
Bien es cierto que el San José había aprendido de los errores del partido anterior y, tras unos minutos de confusión después del gol, supieron reponerse y volver a generar ocasiones de peligro, en especial la de Mesina, que lanzó un zapatazo desde la frontal que se marchó desviado por poco.
Se fueron a vestuarios con la sensación de estar haciendo un buen trabajo a pesar del resultado, y con la misma dinámica volvieron al partido tras el descanso, pero el fútbol es de quien mete gol, y el San Clemente no es líder por nada: sabe cómo meterlos, y los mete.
A los 5 minutos del inicio de la segunda parte golpea el San Clemente de nuevo y hace el segundo (2-0), y ese sí que sirvió para desestabilizar la moral rojilla y desestructurar el equipo radicalmente.
Los malos resultados en las jornadas pasadas, el hecho de jugar contra el líder en su casa y la desesperación de los jugadores por no encontrar puerta hicieron mucha mella en los rojillos, que perdieron toda esperanza de conseguir la remontada.
Lo intentaron, que conste, pero a la desesperada, sin fútbol y sin ideas, por lo que fue imposible contra un líder que no tenía nada que arriesgar y que sabe cerrar filas en defensa de manera contundente. Con el Obrero totalmente partido y agotado moralmente, llegó el tercer gol del San Clemente, que terminó de matar el partido.
Les queda seguir remando, saber que hay que jugar todos los partidos como jugaron en la primera parte ante el San Clemente y mejorar los lanzamientos a puerta para conseguir el gol que les lleve a la victoria en casa la semana que viene.