El San José Obrero se ha proclamado ganador del Trofeo San Julián tras vencer por 2 a 1 a la UB Conquense. Partido divertido, atractivo para el público, en el que no han faltado las ocasiones y el buen juego. Desequilibraron los goles de Jesús y Xavi, que contrarrestaron el de Luis Carlos para el Conquense.
Apacible mañana en el Obispo Laplana, que presentaba una buena entrada para ver este bonito derbi entre Conquense y Obrero. Muy animado el choque desde el principio, con un juego alegre y directo por parte de ambos. La primera corría a cargo de la Balompédica, cuando Héctor Rubio se animaba con un lejano tiro de volea que no encontraba portería.
Replicaba el Obrero con un cabezazo de Kameni, quien recibía un centro desde el lateral derecho que encontraba muy solo al delantero después de que la pareja de centrales conquense perdiese la marca. Casi llegados al minuto 15, los de Rober Gutiérrez dispusieron de una buena ocasión mediante Sergio, que ejecutaba una falta ante la que se empleaba muy bien Iván, cancerbero rojillo.
Recién superado el cuarto de hora, el Conquense concedía una falta en el lateral derecho de la que iba a sacar petróleo el Obrero: solo, muy solo, Jesús remataba en el corazón del área pequeña no una, sino dos veces, aprovechando este último rebote para marcar el 1-0. Por momentos, llego a calentarse el partido en algunas innecesarias faltas en el mediocampo que provocaban algún conato de ‘tangana’.
A pesar de la mejora del Obrero, que se refrendaba con este gol, iba a contestar el Conquense: una muy buena jugada combinativa daba comienzo en el centro del campo, con un juego rápido y de primer toque que acababa con un pase filtrado a Luis Carlos. No titubeó ni un segundo el delantero a la hora de definir ante Iván, dibujando así el 1-1 en el marcador del Obispo Laplana. Volvería a tenerla Luis Carlos minutos después con un intento de vaselina tras una peligrosa salida de Iván.
Tras la pausa de hidratación, un detallito de Kameni dejó una nueva ocasión para el Obrero: un taconazo al primer toque del delantero dejó solo a Karim, que no pudo concretar después de que la defensa se le echase encima. Sin más que reseñar en los últimos minutos, se daba por finalizada una igualada primera parte.
Salía muy animado el Obrero tras el paso por vestuarios, y así lo reflejaba en uno de sus primeros acercamientos: tras una buena jugada obrerista, tocando con paciencia en campo rival, un balón muerto le caía a Xavi más allá de la frontal del área. No se lo pensó dos veces el 7, que remató fuerte abajo para batir a un Chiki que llegó a tocar el balón antes de que se colase en el fondo de las mallas.
Yuya, recién entrado, se la dejaba en el 60 a Luis Carlos, que se abría hueco dentro del área para mandar un torpedo que se chocaba con el palo de la portería defendida por Iván. Los entrenadores hacían bailar sus banquillos para buscar ese gol de la tranquilidad o del empate, pero el choque se encontraba algo estancado en lo que el acierto a portería se refiere.
Entrado en los últimos 10 minutos, Fran Oller –recién entrado, junto a Iván Rubio- enviaba un potente balón abajo tras una trabajada jugada del Conquense, pero Iván estaba muy atento cubriendo el primer palo.
Casi entrados en el descuento, una discutida decisión del árbitro dividió al estadio: reclamó penalti la Balompédica tras una acción de juego peligroso dentro del área en la que hubo contacto, mas el trencilla señaló un libre indirecto que acabó estrellándose contra la muralla roja formada por los rojillos. Seguiría presionando la Balompédica en este tramo final, con un Obrero replegado que defendía con uñas y dientes su ventaja. Fran Oller metió miedo con un testarazo dentro del área que se marchó fuera de los tres palos.
El 2-1 final certificaba la victoria del San José Obrero, que finaliza con buen pie la pretemporada tras un partido muy serio y bien trabajado. El Conquense, por su parte, había tenido sus ocasiones, pero le seguía faltando esa chispa para concretar de cara a puerta. Tras el pitido final se le hacía entrega del Trofeo San Julián al Obrero, que lo recibía entre los aplausos del público.