En un partido donde había que afianzar las posiciones para terminar la temporada tranquilos, los rojillos enfundados en su traje de faena hicieron una primera parte casi perfecta. Salieron con un dibujo técnico que apostaba por no dejar respirar al rival y lo lograron, ya que El Santa Cruz no llegó con peligro al área de Mantecón ni una vez en toda la primera parte. En la segunda se mantuvo el dominio rojillo pero disfrutaron de algunos minutos de juego los visitantes, y los aprovecharon, metiendo el gol en el único disparo claro a portería. 4-1 finalizó el encuentro donde los rojillos estuvieron soberbios, bien situados y con fluidez de juego, pero en el que el rival estuvo desaparecido.
El San José Obrero salió dispuesto a no dejarles ni un minuto de balón a sus rivales y se emplearon a fondo en el centro del campo para conseguirlo, pero no fue solo asedio defensivo lo que hicieron los rojillos sino que combinaron las recuperaciones de balón, con pases controlados, carreras por banda derecha que hacían llegar con mucho peligro a Kameni al área rival y jugadas bien elaboradas que, tras varios intentos fallidos, obtuvieron sus primeros frutos en el minuto 25.
Tras una recuperación en el centro del campo y una jugada trenzada con mimo, Verdejo puso el centro para que Kameni, esta vez sí, pusiera el 1-0 en el marcador.
Con el marcador a favor se fue creciendo el equipo y tan solo 5 minutos después Raba, tras un rechace encañonaba el balón dentro de la portería del Santa Cruz para establecer el que sería el resultado de la primera parte, 2-0 y a vestuarios.
Tras el paso por dependencias, con la alineación inicial sin modificar y casi sin tiempo de reaccionar recibieron los visitantes su tercer gol, Verdejo con algo de fortuna ya que el balón rebotó en un defensa, establecía el 3-0. Los de Santa Cruz que no se habían ubicado en el partido en toda la primera parte, se despertaron de la caraja con tres goles en contra y pocas ideas para solucionarlo.
Con este resultado intentó el cuerpo técnico visitante poner una tirita a una herida que sangraba mucho y sacó toda la artillería pesada en ataque. Con los cambios mejoró el equipo, que tuvo sus minutos, y fue en esos instantes de partido, sobre la mitad de la segunda parte, cuando los rivales hicieron sudar un poco a los rojillos y metieron el gol de la honra en el minuto 80, pero ya era tarde, ya no se pudo salvar lo insalvable y para mayor castigo, en el minuto 90 Jesús, que ya había tenido un par de ocasiones antes, hacía el definitivo 4-1.