Tras la natación (con la apertura de la piscina climatizada del Luis Ocaña), la esgrima, la gimnasia rítmica o el mismo atletismo este mismo martes tras el permiso recibido por el Ayuntamiento de Cuenca para que los deportistas del Club Atletismo Cuenca pudieran regresar a los entrenamientos, los deportes de equipo como el voleibol y el rugby han sido los siguientes en proceder a retomar su actividad como parte del ocio del verano.
En estos dos últimos casos, se sigue la constante de evitar el contacto entre jugadores y un riguroso protocolo de entrada y salida de la instalación, además de la desinfección del material que pasa de unos a otros durante la sesión, como son los balones.
Para el Club Voleibol Hervás, el verano era sinónimo de cambiar el parqué del San Fernando por la arena de las zonas anexas a las pistas de atletismo, pero ante la imposibilidad, el técnico del primer equipo, Nacho González, ha conseguido que se les conceda la práctica en su espacio habitual para retomar una actividad que se cortó en marzo. “Los chicos ya han comenzado a realizar entrenamientos funcionales con el preparador físico y poco a poco iremos incorporando y puliendo esa técnica con prácticas sencillas que garanticen seguir la normativa de seguridad”, explica el entrenador. Esto es, nada de partidos o de ejercicios que incluyan el contacto y “mucho lanzamiento, recepción y posicionamiento táctico. Es desde luego menos ‘divertido’ de lo que estamos acostumbrados, pero es mucho teniendo en cuenta lo que hemos esperado para volver”.
En el horizonte, y como siempre en función de cómo evolucione la pandemia y lo decidan las instituciones sanitarias y los organismos deportivos correspondientes, está el Campeonato de España Juvenil de clubes. Una prueba que, en la planificación de esta temporada 2019/20, iba a suponer la guinda para los de González. Así, muchos de los jugadores que han logrado el 4º puesto en su debut en la 1ª División Nacional, forman parte del elenco juvenil del Hervás. “Ese campeonato juvenil era la oportunidad perfecta para demostrar la calidad, la experiencia y la madurez que nos ha proporcionado todo un año de competir contra equipos muy fuertes”. Sin embargo, a día de hoy, la incertidumbre es total y desde el equipo conquense se mantienen a la espera, pero su vuelta a los entrenamientos tiene como objetivo el recuperar sensaciones más que el realizar un trabajo específico de preparación para un torneo que es toda una incógnita.
Otro de los clubes que ha conseguido recuperar su hábito de entrenamiento ha sido el Club Rugby A Palos. Un deporte que es de contacto por naturaleza, pero que ante la previsión de que hasta enero de 2021 la Federación Española de Rugby no permitirá la práctica con placajes, el club conquenses ha comenzado su preparación física, además de lanzar su tradicional escuela de verano.
“Todo debe regirse por la ley máxima de evitar el contacto”, explican desde el club. La higiene y desinfección se realiza antes y después de la práctica, así como todo el material, hay grupos cerrados y mucho control. Mientras que durante la misma se escogen juegos, en el caso de los pequeños, y ejercicios de evasión, para el equipo sénior masculino y femenino. En el ámbito competitivo, se enfocan estas sesiones para mejorar la táctica de los equipos, además de una preparación física acorde a la posición del jugador/a de rugby, “algo con lo que esperamos dar un salto cualitativo para cuando la competición regrese y que estamos seguros que hará”, un deseo que tanto unos como otros esperan más temprano que tarde, el de recuperar la “vieja normalidad”.
