Con la inercia de seguir sumando para no perder comba con el pelotón de equipos que aspiran a plaza europea para la próxima campaña, y en medio del carrusel particular de partidos de liga, copa y competición europea, el Liberbank Cuenca recibió al Helvetia Anaitasuna en un Sargal al que poco le volvió a importar que no fuera fin de semana para llenarse hasta la bandera y que no faltase el característico ambiente del escenario conquense.
Sin Dutra, aquejado de su tobillo, la convocatoria del Liberbank tenía el reto de lograr el triunfo sin el máximo realizador de la Liga Asobal. En los primeros minutos, con Montoro, Natan y Thiago Alves desde la primera línea atacante, los locales tomaron la iniciativa en un constante tira y afloja del marcador, donde llegaron a lograr una ventaja de dos goles has en dos ocasiones. Sin embargo, un guerrero Anaitasuna apuntalado en los tantos de Vaquer y Nantes, no permitió irse en el tanteo al equipo de Cuenca.
Pese a la ausencia de Dutra, que vivió el encuentro sufriendo desde la grada, la plantilla de Lidio tiró más que nunca del significado de ‘equipo’. En ataque, resultó esencial la inspiradora muñeca de Baronetto. Una pieza a la que había que dar descanso en defensa para su óptimo rendimiento ofensivo, para lo que Lidio rotó a media plantilla por el extremo derecho cuando el rival manejaba la pelota.
Entrados en los últimos diez minutos del primer periodo, los navarros se toparon ante la defensa y sus propios errores no forzados que daban una y otra vez la oportunidad del Cuenca de situarse tres arriba en el electrónico. Finalmente, Óscar Río fue el encargado de lograr tal ventaja (14-11). Ante la falta de efectividad de Montoro (1/4 en la primera parte), apareció otro de los grandes cañoneros del equipo. El croata Eskericic no tuvo reparo ninguno en lanzar desde larga distancia para dejar balones que, pese a las paradas de Bols, acabaron dentro de la portería.
A falta de un minuto para el descanso, Lidio Jiménez pidió un tiempo muerto para trazar una estrategia que dejara en cuatro la diferencia respecto a su rival. Sin embargo, el disparo de Óscar Río se fue por alto del marco bicolor de Salazar, y Aguirrezabalaga puso el tanto visitante con el que concluyó la primera parte con 17-15 favorable a Cuenca.
La historia cambió considerablemente tras el parón intermedio. El Liberbank salió como un depredador a por su presa. El juego fluido de calidad en ataque de los de Lidio no se cerraba a los lanzamientos de la primera línea, sino que también combinaba lo necesario para encontrar a Baroneto o Sergio López en los extremos, o Moscariello y Doldán en el pivote. A ello, hubo que sumar el modo ‘on fire’ que demostró Leonel Maciel en portería (finalizó el partido con 19 paradas y un 43,2% de efectividad) junto a la poca puntería de los navarros. El resultado fue un amplio parcial de 9-4 en los primeros 15 minutos de la segunda parte, dejando el marcador en 26-18. Ni siquiera los tiempos muertos de Iñaki Aniz pararon la carnicería de los conquenses.
En el tramo final, la amplia distancia fluctuó entre los 6 y los 8 goles con Maciel demostrando habilidades de otro planeta, y acciones que señalaban que era el día del Liberbank Cuenca, como un pase inventado de Eskericic a Moscariello. El croata no recibió bien el balón de su compañero y se estrelló en su pecho, yendo a parar al argentino que acribilló desde los seis metros al meta rival.
El choque terminó con un Sargal entregado y cantando ‘a capella’, con los ánimos por las nubes tras la victoria por 32-25 del Liberbank Cuenca sobre Helvetia Anaitasuna. Dos puntos que mantienen el sueño de lograr otra temporada para el ensueño de los conquenses.