“Muy contento y muy emocionado, aún no me lo creo”. Así comenzaba la rueda de prensa post partido Rober Gutiérrez, técnico del Conquense, después de que los suyos venciesen por 3-0 al CD Tarancón, certificando así el campeonato liguero y su consiguiente ascenso a 2ª RFEF.
El almeriense declara que ha sido una temporada difícil en todos los aspectos, también en el institucional –acordándose de ese cambio de directiva y las incertidumbres que había-, si bien han sido sólidos y se han sobrepuesto a clubes con mucha masa social.
A flor de piel declara que estaban las emociones y con los pelos de punta se encontraba el almeriense al encontrarse con una repleta Fuensanta –alrededor de 3.000 espectadores-, remarcando que sabían que tenían que poner corazón y alma para poder recibir ese apoyo, algo que han conseguido. “Espero que este colorido no sea flor de un día”, transmite el entrenador.
Los suyos se han sobrepuesto también al ‘ruido’ generado esta semana con tanta presión por conseguir la victoria –ascenso, derbi provincial…-, destacando en cuanto al partido que han medido bien las distancias, controlado las transiciones y que no han permitido que el Tarancón corra tanto como suele hacer.
Quedan tres partidos y tiene claro que los suyos no se van de vacaciones, declarando que lo primero es honrar el escudo, lo segundo no adulterar la competición y lo tercero el propio carácter competitivo y el orgullo del jugador y de él mismo como entrenador. Con 34 años –un técnico muy joven- reconoce que ha sido su mejor momento en los banquillos, agradeciendo a la anterior directiva la “confianza ciega” que depositaron en él tanto al traerle al Conquense como al seguir creyendo la pasada temporada dándole continuidad a su proyecto que hoy ve sus frutos.
Espera que “esto marque un antes y un después” en un club con muchos años de historia y que merece, como mínimo, la categoría que acaba de conseguir. “Hay que disfrutarlo, darle valor, e insisto: espero que este ascenso sea el principio de algo muy bonito. Pies en el suelo, no perder la humildad y a soñar”, expresa.
Difícil acordarse en un momento de tantas emociones, pero relata que en el momento en el que se ve ascendido se acuerda de todo el trabajo que lleva haciendo durante más de 15 años, las dificultades del mundo de los banquillos cuando no se ha sido exjugador y de su familia, así como el de todo el que le ha acompañado.
Acompañado ha estado también por la ciudad, y es que “representar a Cuenca es muy bonito”, se enorgullece Gutiérrez, mandándole también su apoyo al Rebi Cuenca, que juega un importante partido hoy ante Benidorm. “Hay que lucir con orgullo la bandera”, concluye.
