Orgullo, mucho orgullo. Aunque también un pequeño tinte amargo al saber que podía haber sido algo más. Así se muestra Rober Gutiérrez, entrenador de la UB Conquense, tras la eliminatoria de Copa del Rey en la que sus jugadores han peleado como jabatos a toda una Real Sociedad.
El almeriense declara que, cuando las sensaciones son amargas por el resultado y por lo cerca que lo han tenido, “significa que has hecho muchas cosas bien”, poniendo así en valor el compromiso de sus jugadores, ante los cuales “me quito el sombrero”.
No esconde que ha visto un “vestuario jodido” al verse capaces de llegar a penaltis, aunque reflexiona también acerca de que esto se valorará más en un futuro a pesar de las adversidades, recordando que tenían 14 futbolistas de campo del primer equipo, con una prórroga de por medio y volviendo a competir el próximo domingo. “La pupa tiene que hacer costra cuanto antes, porque en dos días volvemos a competir”, advierte.
Si bien ha “disfrutado como un niño pequeño”, reconoce que lo que más le ha fastidiado ha sido encajar en el primer minuto de la prórroga, poniendo toda la carne en el asador al poner un 4-4-2 con dos puntas que les ha hecho transitar bien. Tanto es así que señala que el equipo ha hecho méritos suficientes “no sé si para ganar, pero sí para hacer gol e irnos a penaltis”.
Un dato curioso es que la alineación ha estado compuesta prácticamente al completo por jugadores del año pasado, los que consiguieron el ascenso y dieron el pase a esta Copa, como agradecimiento a su esfuerzo.
Por otra parte, aprecia también la buena línea defensiva y el compromiso de los suyos ante la Real. “Se han dejado el alma y el equipo es reconocible”, relata, bromeando con el hecho de que “han roto los GPS”.
Con respecto a la afición, que ha llenado La Fuensanta por primera vez en su historia -6.000 espectadores-, recuerda que le transmitió a Ángel Mayordomo, presidente del Conquense cuando él llegó, que tenían que llenarla. “Me dijo que estaba loco y es de las cosas de las que más me he acordado cuando he saltado y he visto a 6.000 personas en la grada. Espero que esto haga reflexionar al aficionado y que no sea flor de un día. Si se han hecho 200 socios más, que se queden ahí, hemos sembrado brotes verdes y espero que la afición vuelva a responder en liga”, transmite.