El club conquense de rugby comienza este sábado un año histórico desde su fundación al competir en la Federación de Rugby de la Comuidad Valenciana, (ante la ausencia de una entidad en Castilla-La Manca), con un equipo masculino y otro femenino. “Es uno de los retos que hemos tenido desde que se creó el club, y gracias al empeño de los entrenadores y de las chicas, hemos logrado que sea una realidad”, indica el presidente de la entidad, Víctor Carrascosa.
El reto esta campaña es doble, dado que el club deberá invertir el doble en desplazamientos que van por todo el levante más la Región de Murcia en el caso de ‘las jabatas’. Este sábado, ambos equipos se estrenan en el Campo del Río en Valencia. El femenino lo hará ante el CD San Roque (17:30 horas), mientras que el masculino lo hará justo después, a las 19:00 horas, ante el filial del decano valenciano del rugby, el Tatami.
Unos primeros compromisos a los que los más de cincuenta jugadores que acumulan entre los dos equipos no llegan de la mejor forma por la imposibilidad de entrenar en su campo habitual por las obras del Luis Ocaña. “El equipo está verde”, indica Carlos Villar, técnico del XV masculino. “No hemos podido entrenar en hierba natural, ni tampoco disponer del ‘melier’ (estructura para entrenar las melés) en toda la pretemporada, son hándicaps que se unen a la habitual rotación de plantilla que cada año cuenta con un 30 o 40% de nuevos jugadores, por lo que la situación es complicada”, añade.
Después de disputar la fase de ascenso el año anterior a 1ª Territorial, tanto directiva como cuerpo técnico indican que esta campaña los objetivos son mucho más modestos: “En el masculino, el nivel en la 2ª Territorial ha subido por el descenso de 1ª de dos equipos por cuestiones administrativas, nuestra plantilla es menos pesada que el año anterior, por lo que tendremos que buscar un estilo más agil y rápido donde premie la velocidad ante el juego de choque y puro músculo; en cuanto a las chicas, van sin presión ninguna, es su primer año y lo importante es que cojan experiencia. No obstante, al final, entre unos y otros competimos por lo mismo, disfruta de este deporte”.
Mientras tanto, la directiva espera que los plazos de obra en la instalación del Luis Ocaña cumpla los plazos previstos, dado que, además de la imposibilidad de jugar partidos como local hasta por lo menos el mes de diciembre, también afecta de manera directa a sus categorías base, que han visto modificadas no sólo su ubicación de entrenamiento, sino también sus horarios. “En el rugby quejarte no sirve de nada, somos un equipo que cumplimos religiosamente con las normas dentro y fuera del campo y así será, por nuestra parte sólo nos queda empujar aún más fuerte para salir adelante”, afirma Carrascosa.
