DIPUTACIÓN TU COMIDA EN CASA
Es noticia en Deportes: Ayudas al deporte Obras Wu Shu Squash Asociación de Clubes Deportivos de Cuenca Voleibol Fútbol Deporte Femenino Balonmano
MUSEO DE LAS CIENCIAS
Balonmano

Redimirse en El Sargal con ritmo y buena letra

El Liberbank Cuenca recibe al BM Sinfín (sábado, 18:30h) con mensaje claro de Lidio: “Vencer pero disfrutando del balonmano y liberándonos de la presión”
Redimirse en El Sargal con ritmo y  buena letra
Foto: M.Gómez
05/10/2018 - M. Gómez

El Liberbank Cuenca regresa a El Sargal tras un nuevo episodio de “Dr.Jekyll y Mr.Hide” de la plantilla conquense. Tras un excelso choque ante el Frigoríficos Morrazo en casa, la pasada semana los de Lidio se estrellaron en el muro del BM Benidorm, que descompuso los engranajes de la maquinaria ofensiva, acumulando hasta 15 minutos sin hacer gol en el partido.

Gran parte de culpa también la tuvo el exjugador conquense Leo Vial, pero los errores y la intensidad se disiparon con la precocidad en transiciones que acaban en pérdidas y faltas en ataque o despistes en la defensa que no ayudan a la hora de mirarse en el espejo para intentar ver dónde quedó el equipo del pasado año.

El técnico conquense achaca este mal trago a esa presión por ganar todos los partidos en pocos minutos. Lidio advierte que “los equipos ya no nos ven ni como hace una temporada ni dos, saben quienes somos y están fuertemente preparados. No somos el Barça, no vamos a ganar partidos en 15 minutos y con varios goles de ventaja”, señala el técnico.

De esta manera, el equipo vuelve a Cuenca para recibir al recién ascendido DS Blendio Sinfín (sábado, 18:30 horas en El Sargal). Un conjunto que llega tras vencer al colista Alcobendas, empatar ante el BM Teucro y caer ante el Ángel Ximénez de Puente Genil y el Bada Huesca.

Históricamente, sólo se han enfrentado en cuatro ocasiones, con tres victorias para el Liberbank Cuenca (dos como local y una como visitante) y un triunfo para los santanderinos (30-29 en su primer partido oficial hace tres temporadas).

Pese a ello, el equipo conjuga una plantilla con experiencia y grandes valores como el exjugador de Granollers, Jorge Silva, o el primera línea procedente del BM Benidorm, Ander Torriko. Además, la visita del equipo supondrá el retorno de un viejo conocido del equipo conquense como Samuel Ibáñez. ‘El muro de Almassora’ defendió la portería del Liberbank Cuenca durante dos temporadas (2014/15 y 15/16).

AUMENTA LA ENFERMERÍA

Mientras se sigue a la espera de una confirmación oficial por parte del club de la resolución de las pruebas efectuadas a Xavi Castro en su rodilla que indiquen que el central tenga que volver a pasar por quirófano, David Mendoza parece que va mejorando los problemas de ciática que acumula en su espalda.

Pese a ello, no es seguro que el pivote esté disponible el sábado, al igual que Hugo López, ya que el extremo sufre un esguince en su rodilla y es previsible que guarde reposo.

La duda hasta última hora será Ángel Montoro. El lateral sufrió una fisura en el dedo de su mano que le obligó a retirarse en Benidorm. A pesar de ello, el toledano está haciendo de tripas corazón y entrena con el resto del equipo intentando, junto al trabajo de los fisioterapeutas, llegar al partido de la mejor forma posible.

LA AFICIÓN SERÁ CLAVE

Analizando escenario y rival, Jiménez avisa de las intenciones del equipo santanderino: “Es un club que tiene mucho que ganar y poco que perder en El Sargal. Muchas alternativas y creo que no bajarán. Por eso, y junto a nuestra situación, va a ser muy complicado”.

Por otro lado, el técnico llama a ser conscientes de la realidad que atraviesa su plantilla: “Sabemos que podemos ganar a cualquiera y perder contra cualquiera, hay que rectificar el por qué se falla, la precipitación y analizar las cosas muy fríamente, porque vayas perdiendo 6-3 ante Benidorm no tienes que volverte loco con esa presión y la ansiedad que nos está condenando y no nos favorece”.

Es por ello que el técnico hace un guiño a que el aliento de El Sargal sea el que llene el hueco, de manera simbólica, de aquellos jugadores que no podrán hacerlo sobre la pista. Un más que necesario acto de arropar a una plantilla que ilusiona, pero que está siendo castigada con la plaga de las lesiones de forma temprana.