Partido de los que es difícil sacar conclusiones el que ha enfrentado al Rebi Cuenca y a Anaitasuna. Los conquenses han caído por 33 a 26 en un choque en el que se han mostrado poco consistentes y desconectados, contexto posiblemente acrecentado por las bajas que arrastraban –Pozzer y Sergi Mach, mientras que Santi Barceló estaba algo tocado- y el exigente choque del pasado miércoles en Copa del Rey ante el Burgos.
Puso la directa el Ciudad Encantada en los primeros minutos del partido, marchándose 2-4 arriba tras un gol de Álvaro Martín que acabaría con 4/4 en sus intervenciones. Mantuvo la ventaja el equipo de Lidio Jiménez en los tanteos posteriores, aunque algunas pérdidas y envíos a la madera ocasionaron que los pamploneses remontaran el partido hasta el 9-8.
Fue entonces cuando tomó la delantera un Anaitasuna que jugaba sus mejores minutos: ni los 7 metros ni la madera le sonrieron a Tchitombi y a Hackbarth, solicitando Lidio Jiménez un tiempo muerto con un 12-9 que no le estaba gustando. Marcos Moreno aumentó la renta y se puso las pilas el cuadro castellanomanchego, que con unas buenas acciones de los hermanos Pizarro y Perbela pudo ponerse a uno (14-13) en el luminoso.
Los últimos instantes de la primera mitad, bastante igualados, favorecieron a Anaitasuna, que se marcharía con dos tantos de ventaja (17-15) a vestuarios.
Consiguió ponerse a la altura el Rebi Cuenca tras el ecuador, espoleado por Álvaro Martín y Tchitombi. No obstante, perdonaron sus ocasiones de empatar el partido y lo pagaron caro cuando Anaitasuna despertó de este letargo para marcharse hasta cuatro goles arriba, ante lo cual se volvía a pedir un respiro en el banquillo visitante.
Itoiz y Ganuza siguieron haciendo daño tras el tiempo muerto y el partido se le estaba yendo de las manos a un Rebi Cuenca que se veía hasta seis goles por debajo. Tchitombi, por partida doble, y Neves, acercaron a los conquenses en un arreón en el que llegarían a ponerse a tres tantos, pero de nuevo los errores –y un buen Santamaría bajo palos- evitaron que la remontada fuese a mayores.
La diferencia de cinco goles a falta de cinco minutos no auguraba buenos presagios para un Rebi Cuenca que sufría también al no disponer de muchos cambios debido a las bajas que presentaban. El marcador corría en contra del equipo conquense, que remaba para tratar de recortar una diferencia que no se reducía, sino que aumentaba, dado que no anotaron ningún gol del minuto 56 al 60.
33-26 finalizaría el choque, quedándose los dos puntos en Pamplona. Los conquenses se quedan con 20 en la clasificación, emplazados en una tranquila séptima posición. Pueden recargar pilas ahora durante el parón por selecciones de la semana que viene y así llegar en mejores condiciones al próximo partido, que tendrá lugar a domicilio ante el Granollers el 19 de marzo -partido aplazado-.
