La apisonadora del Barça no ha tenido piedad con el Rebi BM Cuenca: 46-18 han ganado los de Carlos Ortega, que dejaban el choque finiquitado en cuestión de minutos. Intentando demostrar que lo de la segunda jornada fue un lapsus, la maquinaria culé lo ha puesto todo sobre la pista del Palau ante un Rebi Cuenca muy desorientado en ataque y defensa.
Los primeros tanteos dejaban ver un partido igualado con el Barça por delante, algo que cabía esperar durante estos minutos. No obstante, este toma y daca sería un espejismo que se disipaba rápidamente. Tras los tantos de Hackbarth y Nacho Pizarro, replicaban los culés de manera casi instantánea.
Todo el trabajo que había detrás de cada tanto se esfumaba en tan solo un pase, y seguirle el ritmo al equipo de Ortega se hacía todavía más complicado cuando los verdes caían ya no solo por acierto del rival, sino también por errores propios: las pérdidas de balón estaban siendo demasiado recurrentes, algo que el Barcelona no dudó en aprovechar.
Se estiraba cada vez más la ventaja, y el partido se quedaba prácticamente finiquitado cuando un parcial de 7-0 ponía el 17-6 en el luminoso del Palau Blaugrana. Totalmente desorientado estaba un Rebi Cuenca que no mejoraba ni con un tiempo muerto de por medio.
Si Espinha fue el héroe de la primera jornada, hoy no tenía su día el luso: finalizaría la primera mitad con una parada en los 27 tiros que recibió. Bien es cierto que el Barça se plantaba continuamente en situaciones de uno para uno y contraataques, pero desde luego el meta no estaba inspirado. Por su parte, Pérez de Vargas sí llegaba a poner en pie al pabellón con algunas meritorias intervenciones.
Tras el paso por vestuarios, y con el partido ya cerrado, el Barça no pisaba el freno, aunque el Rebi si intentaba darle un poco al acelerador para jugar con el máximo honor los 30 minutos restantes. David Mach, en portería, lograba despejar unos cuantos balones en los primeros ataques para privar a los culés de seguir aumentando su renta.
Aún así, tremendamente complicado seguirle el ritmo a un equipo que cada vez dibujaba una renta todavía mayor, lo que se traducía en otro bajón para los conquenses, que tan solo sumaban siete goles en estos segundos 30 minutos. Pocas conclusiones se pueden sacar de este partido negro del Ciudad Encantada, que finalmente caía por un contundente 46-18.
Volverán a intentarlo desde cero los de Lidio Jiménez la próxima semana cuando reciban en El Sargal a BM Granollers –que esta jornada ha caído ante Anaitasuna- en lo que se espera que sea un gran partido.
