Hay días en el deporte en el que el resultado es lo de menos, y el pasado 28 de enero se vivió uno de esos en el Municipal de San Clemente. El partido que enfrentaba a los equipos juveniles de la AD San Clemente y el CD Pedroñeras terminó con victoria ajera, aunque en ese mismo momento no había nadie para celebraciones. El desmayo de un joven jugador, que requirió de asistencia médica tras perder el conocimiento, se acabó saldando con final feliz después de que volviese a reaccionar. Momentos críticos los que se vivieron en el césped sanclementino, haciendo ver que cada que una reacción rápida y correcta es vital.
Samuel López, portero del juvenil de la Agrupa, se desmayaba después de que se pitase el final del encuentro, durante el cual se había llevado un fuerte golpe contra el palo. La pronta reacción de los presentes alertó de lo sucedido, y Martín Almodóvar, entrenador del CD Pedroñeras Juvenil, relata que se dio cuenta gracias a ello. Fue entonces cuando vieron a Samuel tendido en el suelo boca abajo. “Yo estaba en el centro del campo y salí corriendo, creo que no he corrido más en mi vida”, relata Martín.
Una vez llegó y le vio en el suelo le intentó tomar el pulso, pero detectó que no tenía. Se dio cuenta entonces de que la lengua se le estaba dando la vuelta, por lo que la sacó fuera y comenzó a darle un masaje cardiorrespiratorio durante cerca de un minuto, hasta que llegó el padre, quien continuó con la labor. Reconoce Martín que él tan solo hizo “lo que me dijo el instinto”. Tras unos minutos, el guardameta se recuperaba poco a poco para alivio de todos los presentes. No se requirió del desfibrilador que la AD San Clemente dispone: algo vital en un campo de fútbol de lo que se está tomando cada vez más conciencia. Finalmente, Samuel durmió ese mismo día en casa, y Martín estuvo en contacto con el padre del chico el domingo, transmitiéndole el buen estado del mismo. Al parecer, fue un síncope lo que produjo el desmayo, por lo que ahora le toca pasar un par de días descansando.
Tras recuperar el conocimiento, el joven meta del San Clemente fue trasladado en camilla y se recuperó sin problema algunoNo es la primera vez que el técnico se ve envuelto en una situación de este tipo: cuenta que en una ocasión tuvo que atender un fuerte ataque epiléptico -fuera de un campo de fútbol- y también tuvo que hacerle la maniobra de Heimlich a un familiar. “Lo más importante del partido fue eso: ver que se lo llevaban en camilla y que había empezado a tomar aire poco a poco, como dando suspiros después de haber estado falto. Te deja mucho más tranquilo”, cuenta Martín. El técnico, que tenía nociones básicas debido a la asignatura que incluye la Federación en su curso de entrenadores, coincide en que la población en general debería tener un poco más de conciencia y nociones acerca de cómo afrontar algo así
Un final feliz que no debe hacernos olvidar lo importante que es saber reaccionar en este tipo de situaciones, pues cada segundo cuenta.
