El Vivo Cuenca en su horario habitual y en casa, buscaba volver al camino de las victorias contundentes con las que ha deleitado a su afición esta temporada. Después de dos dolorosas derrotas, en especial la de la semana pasada ante el Balazote, donde pudieron conseguir más, el Vivo Cuenca comenzó el partido con una intensidad asfixiante que dejó sin opciones a su rival en los primeros compases del encuentro. Supieron gestionar la ventaja del luminoso desde el primer momento y obtuvieron un plácido triunfo (8-2).
El partido comenzaba con un ambiente frío, como el del domingo conquense, pero con un Vivo que había salido a por todas, fiel a su modo de jugar, comenzaron con la presión alta y una circulación rápida del balón. Los conquenses empezaron a asediar la portería de El Águila FS, obteniendo la primera recompensa de los pies de Valero, en una jugada bien hilada desde área de Mario Gómez, Valero remataba a placer en el palo izquierdo de la portería de Sergio cuando apenas habían transcurrido 5 minutos de juego.
El cuadro vivero tenía hambre de goles y no tardaría Budia en hacer de las suyas. Un minuto después, tras recuperar el balón en el centro del campo, encajaba el segundo con un disparo que dejó al guardameta visitante plantado.
Los Toledanos habían tenido un conato en una contra que Luis no supo resolver, pero la superioridad del Vivo era evidente. Los aguileños no tenían continuidad y se mostraban inseguros cuando tenían el balón, lo que propiciaba que los jugadores azulones recuperasen rápido el esférico y consiguieran dos rentas más que encarrilaban la primera parte. Sin embargo, se embriagaron de goles y experimentaron una pequeña relajación que le dio al colista alas para subir sus líneas y marcar el primer gol en una jugada de contra que esta vez sí, Luis supo aprovechar.
Los amarillos no se rendían y le hicieron al cuadro vivero algunas jugadas de peligro que provocaron que Mario Gómez sudara la camiseta. Elevaron los visitantes las líneas de presión y asediaban las salidas del Vivo, impidiendo los pases rápidos del equipo azulón, buscando robar el balón muy cerca del área local, sin embargo fue tan solo una ilusión momentánea ya que los de Manolo Moya volvieron a cerrar filas y activar su defensa para aumentar la distancia en el marcador a cuatro minutos del descanso, Budia ponía el 5-1.
Los últimos compases del primer tiempo se caracterizaron por un partido abierto, en el que los colistas seguían insistiendo y lanzando a portería cualquier balón que tocaban, aunque no tuviera ángulo y no generase peligro alguno. Sin embargo, el Vivo hacía el partido fácil y sexto gol llegaba tras una impecable recuperación de Dani Martínez en la salida de los amarillos, que culminó con un pase perfecto y directo a Valero en el centro del área para que este rematara a placer justo antes de irse al descanso con una renta de cinco goles, 6-1.
Muy tranquilos los jugadores azulones en la segunda parte, se mostraban muy seguros a la hora de recuperar el balón cuando los Águilas buscaban los pases directos, aun así en los primeros minutos consiguieron aproximaciones al área de Mario ganándole la espalda a Peñu, sin embargo el Vivo seguía con hambre y no bajó la intensidad y Valen hacía el séptimo de la mañana.
Tras una falta cometida por el guardameta del Vivo, en el rechace Dani tuvo la oportunidad de hacer el octavo, sin embargo, el portero aguileño, bien colocado, le ganó la partida. Y seguía con ganas de gol Dani ya que un minuto después lo volvía a intentar con un trallazo que paró Sergio López.
El octavo se hacía de rogar, sobre todo en una jugada en la que la tuvieron Dani, Valero e Ivi y ninguno de los tres concreto por exceso de solidaridad. Y aun volvió a tener el conjunto conquense otra oportunidad para hacer el octavo, cuando Dani Martínez se quedaba solo ante el portero, pero una falta de los toledanos y que desestabilizó lo suficiente al jugador como para que no pudiera golpear con contundencia el esférico.
Mientras que al buen hacer del Vivo se le resistía el gol, los visitantes en una jugada aislada sorprendieron tanto a la defensa como a Mario Gómez encajando el segundo en un disparo desde la frontal, ajustadísimo al palo izquierdo y aunque cada vez que conseguían un gol recibían aliento para buscar el gesto heroico, nada alteró a los de Manolo Moya que siguieron pico y pala hasta establecer el definitivo 8-2 de los pies de Álvaro Varas.
Esta victoria le sirve al Vivo Cuenca tanto para recuperar la moral como para acortar distancias con el Talavera que le ha “robado” el liderato y que espera conseguir de nuevo, o al menos recortar distancias la próxima semana en su visita a Azuqueca.