Campeona de Europa con el Dorna Godella, campeona de Europa con la Selección Española -con la que acumuló 204 internacionalidades-, seis veces campeona de la Liga Femenina y cuatro de la Copa de la Reina, campeona de Liga y Copa francesa, dos veces elegida como la mejor base del continente, un quinto puesto en los JJOO de Barcelona ’92 e integrante del Salón de la Fama del baloncesto español… hablar del palmarés de Ana Belén Álvaro Bascuñana (1969) son palabras mayores. Pero su amor por el deporte no se ha quedado en la práctica, sino que sigue viviéndolo a día de hoy a través de una de las cosas más bonitas que puede haber: transmitirlo a las nuevas generaciones.
Antes de retirarse, Ana Belén ya tenía claro que una de sus grandes ilusiones era ser entrenadora. Las vueltas de la vida le llevaron hasta Francia y luego de vuelta a España, donde llegó a ser segunda del extinto Ros Casares, en Liga Femenina. No obstante, siempre había tenido el gusanillo del deporte de formación en edades más tempranas, y es que lo de enseñar le viene, como ella dice, “en el ADN”, aludiendo a que tanto su padre como sus tías eran profesores. Así, acabó estudiando Magisterio con especialidad en Educación Física para más tarde entrenar en distintos colegios mediante las escuelas deportivas de Valencia, lo que define como una experiencia muy enriquecedora. Pasó también por el área técnica de la Federación Valenciana de Baloncesto, aunque de nuevo le llamó el trabajar en contacto con la educación.
Es por ello que no dudó cuando se le presentó la oportunidad de fichar por el colegio británico Caxton College en Puzol -Valencia- para darle un aire diferente a las extraescolares deportivas del colegio, tanto deportivas como culturales y artísticas. Nada más entrar, vio algo que no podía permitir: “¿Cómo que no hay un club de baloncesto en el cole? ¡No puede ser!”, comenta entre risas, por lo que no tardó en ponerlo en marcha. Siete años después, el centro dispone además de club de baloncesto, tenis, natación… sumándose Ana Belén a la gestión deportiva del club de fútbol para el próximo año.
Solamente en las extraescolares, son alrededor de 800-900 los niños que debe coordinar, sumándose otros 300 en los clubes deportivos. “Es un día a día bastante intenso, pero también es un entorno muy agradable en el que trabajar”, explica Ana Belén, que se muestra muy feliz con su actual etapa: “Pensé que iba a ser entrenadora profesional y la vida me ha ido enseñando el camino que de verdad estoy disfrutando. Mi desarrollo en la formación me resulta apasionante”, comenta.
“No concibo el deporte si no va de la mano de los valores, tienen que estar por encima de todo”DEPORTE Y VALORES
La práctica deportiva va siempre acompañada, máxime si hablamos en edades de formación, de unos valores y enseñanzas vitales para el desarrollo personal del niño o niña que lo practica. En este sentido, a Ana Belén le gusta la especialización, pues la adaptación del lenguaje y la capacidad psicomotriz varía mucho en diferentes periodos. Pero independientemente de la edad, lo que no cambia es algunos de los principios que se intenta inculcar. “Sensación de pertenencia, compañerismo… ir construyendo un entorno en el que se sientan a gusto, sean felices y emocionalmente se vean desarrollados. No concibo el deporte si no va de la mano de los valores, tienen que estar por encima de todo. El colegio también predica mucho y está alineado con esta ideología, así que nos hemos entendido genial en ese aspecto”, comenta. Motivo de orgullo para ella es ver su crecimiento a lo largo de todos estos años, apreciando “la conexión con esas personitas” durante una edad difícil y valorando que el sentirse identificados con un deporte les enriquecerá como personas.
GRAN PROYECTO EN MENTE
La propia Ana Belén se reconoce como una persona “que no se está quieta” y que no duda en sumarse a nuevos proyectos y retos. Y como no iba a ser menos a día de hoy, desvela un plan que, si bien está todavía en ciernes, le hace mucha ilusión y trabaja en él a largo plazo. Como es de Cuenca “hasta la médula”, señala, siempre ha pensado que la cercanía con Valencia supone una buena oportunidad para traer a los equipos de algún colegio conquense para compartir unas vivencias con el Caxton, como pueden ser campus, actividades de verano y distintas jornadas, ya que apunta que Cuenca también necesita un pequeño empujoncito a las escuelas municipales. Además, también está en contacto con un colegio en York para ver si pueden llevarse sus deportes a Reino Unido durante el verano, así como intercambios culturales.
Así es la vida de una conquense que vive por y para el deporte y la educación, disfrutando más que nunca.
“Todavía queda mucho que hacer por el deporte femenino”Ana Belén, como pionera, ha visto el boom del deporte femenino a lo largo de unos años cruciales en los que, celebra, se han dado “importantes pasos” en cuanto a apartados como la profesionalización del fútbol, visibilidad de muchas disciplinas… no obstante, y aunque todo esto queda muy bien en las portadas, asegura que todavía queda mucho por lograr. “Creo que habría que irse más atrás, al comienzo del problema. Está genial hacer cosas para que las chicas que llegan al deporte se queden, pero, ¿qué hacer para que no se queden niñas en el camino? Creo que ahí es donde se debería incidir mucho más”, explica. Pone como ejemplo a empresas como Iberdrola y Teika como ejemplo de apuestas por el deporte femenino que se meta en la base de los colegios y los clubes: “No está solucionado el tema niña y deporte. El tema mujer-deporte quizás un poco mejor, pero en niña y deporte todavía queda mucho”.
En este sentido, y desde su labor como formadora, apunta que una de las claves puede ser trabajar en esas edades tempranas. “Hacemos mucha incidencia en las niñas para que lo prueben y se lo pasen bien”, comenta Ana Belén, que comenta de paso que se encuentra enrolada ahora en un proyecto que incluye hacer unas acciones de baloncesto femenino en su colegio y en los pueblos de alrededor.