Desde este lunes la caza y la pesca ya están permitidas como novedad en las medidas de relajación de la desescalada. Un anuncio que ya se conocía desde días atrás y que supone toda una liberación para el gremio de pescadores, tanto a nivel amater como deportivo. Una medida que, preguntados al respecto a varios de estos amantes de la actividad, era "incomprensible" que no hubiera llegado antes por la característica en sí de la acción, pues cumple perfectamente los requisitos del deporte individual, realizado al aire libre y sin impedimentos para guardar distancias mínimas en su práctica.
Las ganas por coger los materiales y echar el sedal al río eran tales que Marcos Sarria, pescador aficionado, no esperó ni un día para retornar a la pesca. Este mismo lunes ya disfrutaba de esta posibilidad: "Llevaba una semana diciéndome que en cuanto pudiese ir a pescar lo haría. Me pasaba todos los días revisando noticias de páginas especializadas, esperando alguna actualización por parte de las autoridades al respecto. Era algo inentendible que una afición en la que no contaminas, no te cruzas con nadie, en la que sólo estas tú, tu caña y el río, no pudiera celebrarse antes y si pudieras irte a correr en pequeños grupos o estar con más personas en una terraza".
En esta situación, Sarria cree que tanto el colectivo como las propias federaciones de pesca han realizado un papel vital de presión para "hacer posible la vuelta a la actividad". Un pensamiento que también comparte Héctor Gómez, pescador conquense de alto nivel que admite haberse sentido “discriminado” respecto a otras disciplinas: “No entiendo por qué la pesca, que es un deporte que lo que se busca es la tranquilidad y como mucho hay dos personas y es fácil guardar una distancia mínima no se haya permitido hasta ahora. Es comprensible la difícil situación actual y yo antepongo la salud al deporte, pero no se podía entender que se permitieran ciertos comportamientos o actividades y no algo como la pesca”.
Este deportista que ha llegado a participar en dos mundiales de pesca y no ha faltado en las citas nacionales desde hace más de una década admite que es “un alivio el poder volver a entrenar con la libertad de no tener horarios. De esta forma se pueden aprovechar las horas centrales del día, ya que tampoco tendría sentido ajustarse a los horarios de primera y última hora.
Héctor reconoce la encomiable labor que desde las federaciones han realizado para lograr esta concesión. “Tanto la federación de Cuenca, Castilla-La Mancha como la española han estado en contacto constante y manteniéndonos informados bien por redes o de manera personal, se han preocupado mucho y bien”. Y es que, como cualquier deporte, la práctica constante es indispensable para el buen rendimiento en la habilidad del que lo realiza. “Soy de los que piensa que hay gente que nace con un don, pero el resto tenemos que ganárnoslo con práctica. La pesca es mucho entrenamiento, ya no sólo las horas de río, sino también el tema de nudos, aparejos, moscas, etc. Es un deporte más y si lo dejas, te oxidas, necesitábamos volver a la actividad”, admite este conquense que aprovechó desde este lunes la oportunidad para volver a su amado deporte, “no he podido resistirme a salir para quitarmen ‘el mono’ de río, si bien los ríos bajan fuertes de caudal porque ha sido una primavera increíble, bien merecía la pena”.
UN DEPORTE CON PECULIARIDADES
En línea similar a estas declaraciones está otra de las pescadoras conquenses notables. Estefanía Gómez, primera mujer en la historia de España en disputar la Primera división de mosca y acudir a un mundial, declaraba a este medio que “los pescadores tenían muchas ganas de volver al río, dado que ya antes de la declaración del estado de alarma era muy esperado el inicio de la temporada en abril, y el no poder pescar hasta mes y medio después se nota. Hay que tener en cuenta que este no es un deporte que se pueda practicar en cualquier época del año. La mayoría de pescadores dejaron la caña en septiembre/octubre del pasado año y desde entonces no se había podido retomar su práctica”. Asimismo recalca que el confinamiento, “en el caso de los pescadores de mosca, quizás se ha aprovechado para sentarse delante de un torno y hacer moscas, pero sólo se disfruta de una parte de tu pasión, no es la misma sensación que estar en el río”.
Estefanía entiende “la crispación” del colectivo al no haberse permitido su actividad hasta el momento. “Es un deporte que apenas se puede practicar seis meses al año, para muchos el inicio de temporada es un momento especial y hay muchas ganas de pisar el río, pero claro, ves las imágenes de gente en grupos corriendo o las calles abarrotadas y una piensa por qué no puedo practicar un deporte como la pesca, en mitad de la naturaleza, con un riesgo de contagio casi inexistente, pues el pescador muchas veces está solo y se mantienen las distancias”.
Sin embargo, pese a la concesión de poder volver a la actividad, esta conquense advierte de la “incertidumbre”, dado que teme que “un paso adelante sean dos atrás”. Así, no se entiende que exista la autorización a la pesca y la Delegación de Agricultura donde se expiden los permisos de los cotos no esté abierta, “o no haya un sistema de obtención de permisos vía internet como existe en otras comunidades”. Pese a todo, el mensaje principal es claro “hay que volver a disfrutar de este deporte maravilloso, siempre de manera responsable y cuidando más que nunca la naturaleza, los ríos y sus poblaciones”.
