Pesca deportiva: tradición en un entorno inigualable
Lejos de las carreteras, en pleno corazón del río Júcar, el Coto de Pesca Intensiva Puente Romano mantiene viva la llama de una tradición tan antigua como lo es la pesca y, más concretamente, la pesca deportiva. El entorno inigualable que ofrece Cuenca dibuja un escenario inmejorable para fundirse con la paz y el soplo de aire fresco que supone el ‘tú a tú’ con el río y la caña, sin necesidad de nada más. A tan sólo 8 kilómetros de Cuenca capital se encuentra este paraje, el cual discurre por el área recreativa de El Chantre.
La Asociación de Pescadores Deportivos Conquenses, fundada en 1992, lleva ya más de 30 años siendo vital para que esta práctica perdure de una manera respetuosa y sostenible al mismo tiempo que se respetan las bases de la pesca. Víctor Martínez, presidente de la asociación, detalla que se creó con la intención de dar un servicio para que la gente pudiese pescar en el tramo de río degradado que la Junta de Comunidades concede. “Hay 14 tramos intensivos en Castilla-La Mancha y aquí se les da la oportunidad de mantener viva la llama de la pesca tanto en mayores como en pequeños”, explica Martínez.
A día de hoy, la asociación cuenta con casi 80 miembros activos, aunque ha experimentado distintos cambios a lo largo de su existencia, ya que, cuando se fundó, el número se acercaba a los 500 socios. “Entonces había muchas más opciones y alternativas, aunque es un buen número”, cuenta el presidente, apuntando que hay días que el coto se encuentra lleno.
Desde la propia asociación se ponen en marcha distintas actividades que le dan vidilla a esta práctica como concursos mensuales –cuya regularidad se va sumando para determinar a los ganadores- y dos competiciones anuales de truchas grandes abiertas a todo el mundo. Se fomenta así un espíritu competitivo saludable entre los miembros, además de soltar un par de ‘joyitas’ en forma de trucha de considerables kilos, por lo que se pueden ver grandes pescas en esos señalados días.
Además de la propia actividad de la pesca, la asociación se concibe con la idea de disfrutar de la naturaleza y socializar
La pesca es una actividad que no entiende de edades ni de restricciones. Tan fácil es encontrar a una persona de la tercera edad disfrutando del remanso de paz que es el río como a un niño de 8 años disfrutando junto a su familia. Cada vez hay menos jóvenes que disfrutan de esta práctica, aunque sí destaca que tienen a un par de pescadores en el club que sacan buenos resultados en competiciones, si bien a nivel nacional hay “demasiadas figuras” como para destacar.
Para aumentar la afición, cuando la asociación ha notado una creciente presencia de principiantes, ha puesto en marcha también algún curso de iniciación a la pesca tradicional, montaje de moscas artificiales… el objetivo es, señala, difundir la práctica de la pesca y, por supuesto, concienciar acerca de ese deber de protección que se mantiene hacia el medio ambiente.
Continuando con el aspecto inclusivo, la asociación ha querido hacerlo más fácil todavía, y en la zona más cercana al parking del coto se dispone de una plataforma de fácil acceso para personas minusválidas a las que no les sea posible acercarse a la ribera del río, por lo que desde esta zona se puede pescar con total seguridad. Martínez lo tiene claro: “La otra opción para mucha gente mayor es quedarse en casa y no salir”, lamenta, añadiendo que la pandemia hizo mucho daño en este aspecto. Es por ello que quiere que el coto se instaure como una vía para conectar con la naturaleza y no dejar atrás esta tradición. El equipamiento de pesca y la licencia, que se puede adquirir en el propio refugio, así como en El Ventorro, Deportes Chema o Bar San Antón, es todo lo que se necesita.
PACIENCIA, LA CLAVE
Pescar es, al fin y al cabo, tan fácil o tan difícil como el tesón del pescador lo permita. “Paciencia” es la palabra clave que mencionan tanto el presidente de la asociación como los pescadores, y es que, si hay días en los que sale todo… también los hay que no sale nada.
Además de la paciencia, se requiere también dominar la técnica que se practique, dependiendo de la caña, anzuelo… es el caso de Manuel y Mario, quienes llevan alrededor de 35-40 años pescando. Mario explica que sigue la tradición de su padre y que, a día de hoy, “con buenos amigos, uno se lo pasa bien”, apuntando asimismo que van aprendiendo unos de otros, ya que en el coto se practica la pesca con distintos estilos y técnicas. Ese bonito legado se traslada a las generaciones venideras, y es que el pequeño Juanma, que ayuda a sacar las pescas del día, “disfruta casi igual que nosotros o más”.
Curioso, Juanma abre la nevera para observar la joya de la mañana, la cual lleva la firma de Manuel: una trucha que, estiman, rondará unos cinco kilos. “La mejor pesca de hoy”, cuenta el autor de la hazaña. Manuel y Mario, que han pescado en numerosos lugares de la provincia, comentan que empezaron a venir hace poco al Coto de Pesca Intensiva Puente Romano. “Estamos muy contentos, las instalaciones están muy bien y limpias”, comenta Mario mientras recoge la caña para echarla de nuevo. “La mejor pesca es la primera de hoy, siempre es la que sacas con más ilusión”, añade.
No obstante, hay que hacer un esfuerzo y pillar a los peces casi con los ojos cerrados. “Si vienes a horas normales es complicado no sacar algo”, anima Mario, mientras que Manuel aconseja que a partir de ciertas horas, cuando el sol ya azota en el río, es algo más complicado.
Desde el coto se mantiene una filosofía de respeto hacia el río y el medio ambiente durante la práctica de la pesca tradicional y deportiva
Desde la asociación se traslada también la primordial filosofía de respetar el entorno natural del río Júcar. Además de la pesca tradicional, también son bienvenidas otras técnicas relativas a la pesca sin muerte –la trucha común obliga a ello-, y toda la cadena de trabajo que se genera –piscifactoría, guarda del coto…- se lleva a cabo con el máximo cuidado. No obstante, y a pesar de las numerosas restricciones que se le han impuesto a la pesca –retirar la pesca con corcho, así como con cebos, lombriz, gusano, masilla… o proteger muchos tramos del río-, lamenta que cada vez se ven menos truchas en el río y que, cada vez, se pesca menos, ya que la trucha común está directamente prohibida. Los cormoranes, los caudales o las depuradoras son algunos de los problemas a enfrentar.
Desde el coto, agradece la colaboración de la Junta y anima a continuar con ella para que todo el trabajo hecho no se pierda. “Pediría que nos sigan apoyando, porque somos la única opción que queda, sobre todo en Castilla-La Mancha, para que la gente pueda seguir disfrutando de la pesca”, concluye.