Ambos equipos querían ganar y lo tenía más difícil el Rebi Cuenca en un campo en el que solamente ha ganado el todopoderoso Barcelona. Empezaron fríos los conquenses en los dos primeros ataques que paró Said, que iba a ser el principal salvador del equipo durante el partido. Y continuaron desganados los conquenses para firmar uno de los peores partidos de la liga. 37-27 fue el resultado final dando una imagen de que lo único que se busca es que esta temporada acabe pronto.
Daba comienzo el encuentro con el Rebi Cuenca atacando y desde el inicio se vió un equipo que, en apariencia, estaba poco motivado a pesar de que venía de una racha de dos victorias difíciles. Falló los dos primeros ataques con un espléndido Said que paró dos lanzamientos y el tercero fue bloqueado por la zaga leonesa.
En apenas cinco minutos de juego, el equipo local se adelantó por cuatro puntos, abriendo el marcador para los locales con una falta de 7 m. el Abanca no solo estaba defendiendo bien, sino que en ataque encontraban todos los huecos que no era capaz de abrir el conquense y los locales no fallaban ni uno. Practicamente dejó finiquitado el partido en el primer cuarto de hora de encuentro.
Se le ponía el partido cuesta arriba al Rebi, sobre todo porque en los ataques estaba siendo previsible, lento e incapaz de abrir huecos en la durísima defensa leonesa y además porque en los primeros compases del encuentro el guardameta iraní estaba en un 70% de eficacia en las paradas.
Como anécdota en la primera mitad, después de una espectacular parada de Said, el mismo jugador introdujo el balón en su propia portería.
Reaccionó Lidio desde el banquillo, y fue la señal para que los jugadores también reaccionaran y volvieran rápidos en las transiciones a las posiciones defensivas y bloquear los ataques tan efectivos del Ademar. Se frenó un poco el plomeo de goles para el equipo local, aunque el Rebi seguía sin recortar distancias. +8 para los locales en el minuto 23 con el juego parado por una posible lesión de un jugador del Ademar en ataque. Se llegaba al descanso con una ventaja de 10 puntos que fue imposible de levantar.
El guardameta Iraní del Ademar paraba todo y eso hacía que la ventaja en el marcador fuera cada vez más insalvable para los de Lidio, y así fue durante todo el partido.
Se esperaba más de un Rebi que hasta el día de hoy nunca ha bajado los brazos y que además venía de hacer dos grandes partidos en las jornadas previas, pero que salió desmotivado a jugar en un campo muy complicado. El próximo partido es en casa contra el Logroño y esperemos que sepan remontarse de esta dura derrota.
