Mientras el frío azota estos días en Cuenca con bastante intensidad, a nada más y nada menos que 4.697 kilómetros se encuentra otro conquense que no está pasando calor precisamente. Se trata de Pedro Cifuentes, archiconocido alpinista conquense que en estos días se encuentra en el Cerro Torre -3.133 metros-, cima que quiere coronar y que además le otorgaría el título de ser la primera persona en ascender todas las grandes paredes de la Patagonia. Desde allí mismo, Cifuentes desgrana lo que está suponiendo este gran periplo en la frontera argentina y chilena.
CABEZA FRÍA
Cifuentes declara que, ahora mismo, la expedición se encuentra en “stand by” debido a las condiciones que asolan la montaña. “La isoterma 0 grados ha estado a casi 4.000 metros, lo que significa que el frío ha estado muy arriba, así que la nieve y el hielo no está en condiciones óptimas para escalar”, explica. Mantener la paciencia y ser consciente del entorno es primordial, señala, pues un paso en falso en la situación en la que están podría resultar fatal.
Esto es algo que ya podían esperar, explicando el alpinista que el Cerro Torre suponía de sus incursiones más peligrosas debido a su orografía, la cual le requiere distintos materiales muy específicos. Desde piorets y crampones -pinchos que se llevan en las manos y en los pies- hasta tornillos de hielo, todos ellos suponen materiales “muy necesarios” para la seguridad, ya que Cifuentes no olvida la inestable superficie sobre la que están trabajando. “No olvidemos que, al fin y al cabo, el hielo es agua. Si hay más o menos calor varía mucho para que sea más duro o más blando, se pueda romper y caigas para abajo”, asevera.
Es por eso que todavía no se han fijado una fecha concreta para la cual logren coronar la cima. En sus planes entraba haberlo hecho ya o conseguirlo dentro de poco, pero deben esperar a que las temperaturas permitan escalar en el hielo con seguridad. Cuando el alpinista conquense alcance la cima será la primera persona que haya ascendido todas las grandes paredes de la Patagonia, lo que para él supone más “un reto personal” que cualquier otro reconocimiento. “Hoy en día, en el mundo de la montaña parece que no se mire por los logros de las personas, sino que muchas veces lo único que genera noticias son los accidentes o la pérdida de alpinistas. Supone algo personal, ya que se le da poco valor a este deporte que da tan poquito y que nos quita lo más preciado que tenemos, que es la vida”, expresa.
Las temperaturas, que han hecho que el hielo sea mucho más blando, están dificultando el ascenso a la montaña, pues hay un grave peligro de desprendimientosUN SEGUNDO “HOGAR”
Desde el año 2000 lleva viniendo Cifuentes a la Patagonia, lo que le ha permitido ver la evolución de la zona. Alerta de que el cambio climático ha hecho retroceder notoriamente los glaciares, provocando esas temperaturas “amables” que dificultan ahora la escalada y que provocan peligrosos desprendimientos.
Pero, ¿qué es lo que anima a este alpinista a volver una y otra vez a la Patagonia? Pues razones no le faltan: “Lo componen 9394 glaciares, es una maravilla ver los glaciares colgando de las montañas. También me atrae mucho su gente, que sobrevive a este clima tan inhóspito. Y todo lo que conlleva venir aquí: que la gente sea tan amable y que nos tengan tanto cariño a los escaladores, que venimos de todas las partes del mundo a hacer este deporte tan maravilloso que es el alpinismo. Saben que venimos a darlo todo y a perseguir nuestros sueños”, declara.
Pedro Cifuentes, bombero de profesión, puede llegar a ser la primera persona en ascender todas las grandes paredes de la PatagoniaACCIDENTADO SUCESO
A raíz de los mencionados cambios de temperatura, la semana pasada la desgracia ocurrió en esta montaña tras la desaparición de los alpinistas vascos Amaia Agirre e Iker Bilbao. Ambos muy experimentados, sufrieron una inesperada avalancha que provocó su desaparición y, más tarde, se certificó el fallecimiento de ambos. Como parte de la Comisión de Auxilio -CAX-, Cifuentes acudió a la llamada tras serle notificado el sepultamiento. La tragedia se cebó con los vascos, pues la avalancha les arrastró por el glaciar hasta caer en una grieta, explica el alpinista conquense. Siendo expuestos los rescatadores a altísimos riesgos si emprendían la búsqueda de los cuerpos, el CAX hizo todo lo que pudo, pero el rescate se dio por imposible.
No es la primera vez que Cifuentes se ve envuelto en situaciones de este tipo: antes de la pandemia, su actuación en el Fitz Roy fue clave para salvar a otro alpinista. Con la esperanza de que no vuelva a ocurrir nada parecido, el alpinista sigue a la espera de que las temperaturas sean idóneas para alcanzar la cima y cumplir este ilusionante reto personal que, para él -como ha dicho en otras ocasiones- es todo un sueño.