El Club Rugby A Palos celebró con éxito el primer torneo de rugby-tocata en la Playa de Manchamar, escenario de Valverde de Júcar a orillas del pantano de Alarcón. Un lugar idílico para albergar este tipo de competiciones pero condicionado a su vez por la actual situación de pandemia.
Esto hizo que se celebrase la competición de manera privada, ya que sólo podían competir los socios inscritos en las escuela de verano de rugby y bajo un estricto protocolo que comenzaba por la continua desinfección de los balones y el uso de gel hidroalcohólico, que se aplicó a los jugadores antes y después de cada encuentro, y concluía con la reducción del contacto físico del placaje, reduciendo el modelo de juego a la ‘tocata’, es decir, bastaba con tocar al contrario para detener el avance.
Pese a ello, 36 jugadores y jugadoras participaron en un torneo que contó con 12 equipos. Toda la competición se desarrolló en el espacio ubicado en la Playa de Manchamar, que adecuó de manera oportuna el Ayuntamiento de Valverde de Júcar, colaborando con la iniciativa y el club. A la llegada de la organización, se montaron las mesas de desinfección y control y se delimitó el terreno en zonas de juego, calentamiento y pasillos de entrada y de salida para cumplir con la normativa.
En el primer turno del día se realizaron los enfrentamientos de fase de grupos para después del parón para reponer fuerzas proceder a disputar los distintos emparejamientos por la cuchara de madera (premio simbólico que se lleva el equipo que no logró ni una victoria), la final de bronce, plata y oro. Esta última dio como vencedores al ‘Kramer-Team’, un equipo compuesto por veteranos jugadores que, pese al incesante calor, jugaron con las rugosas camisetas del antiguo ‘Rugby Cuenca 90’ para después darse un chapuzón con ellas para celebrar el triunfo.
Cabe destacar la correcta disposición y desarrollo de la competición y la gran acogida y agradecimiento que el club ha hecho llegar al consistorio local, que prestó tanto el terreno como avituallamiento para el campeonato. A esto se le une que el torneo fue el centro de atención de los bañistas que se dieron cita en la Playa de Manchamar.
Así, el A Palos espera que, una vez superada esta complicada situación de pandemia y se permita la realización del juego en su plenitud, se pueda organizar una competición en todo su esplendor, aprovechando la localización de aguas interiores para atraer a equipos de rugby playa del interior peninsular en situación similar a la del equipo conquense, que de manera tradicional estaba obligado a viajar hasta el litoral para poder disfrutar del rugby playa tan característico en esta época del año.
