Cuenca se ha colado en el podio del Mundial de Piragüismo gracias a la medalla de bronce conseguida por Alberto Lumbreras en el K2 45-49. La ciudad de Vejen, en Dinamarca, ha acogido dicha cita durante unos días muy especiales para el palista conquense, que detalla su experiencia tras haber logrado ese gran tercer puesto al que hay que sumar un sexto en K1.
Alberto valora muy positivamente el transcurso de estos días, máxime cuando participar en el K2 -con su consiguiente medalla- fue algo con lo que se topó prácticamente de sorpresa, al igual que el año pasado. En Dinamarca le presentaron al palista Ricardo Outeiro y, casi sin pensarlo, se lanzaron al agua: “Nos inscribimos el domingo… y el martes estábamos remando”, cuenta el piragüista entre risas. En estas circunstancias -no haber remado juntos antes-, explica que difícilmente hay término medio: puede ser que el acople sea magnífico o que salga una desastrosa regata.
Afortunadamente para el conquense, las sensaciones fueron muy buenas, aunque no se consigue una medalla, eso sí, sin sufrir un poco. Lumbreras y Outeiro, que fueron “a disfrutar de la regata”, aguantaron bien esos primeros tirones en los que se iban descolgando cada vez más piragüistas. Colocados en el pelotón más adelantado, durante la vuelta final fueron cerrados por los belgas en la última ciaboga, siendo derribados y cayendo al agua. Serían descalificados los belgas, al igual que un tándem argentino que hizo una mala salida. “Fue de rebote completamente”, recuerda el palista conquense pensando en ese valioso tercer puesto.
Este Mundial pone así el punto y final a un 2023 en el que, declara, se ha visto bastante fuerte: hasta seis medallas se ha colgado en campeonatos nacionales en distintas modalidades. “Estoy muy satisfecho porque entreno a diario, pero tampoco tenemos tiempo para sacar tantas horas como antes”, cuenta Alberto.
Lo cierto es que, después de muchos años remando y compitiendo, ha ido evolucionando a otro tipo de regatas, las de categoría máster, que requieren virtudes distintas. Detalla que, si bien con la edad se pierde potencia y velocidad, sobre todo en la salida, también empieza a primar el mantener un ritmo constante y el saber llevar a cabo una lectura correcta de la carrera. “Son más técnicas y tácticas, se convierten en eliminatorias de ir quitándote rivales en ciabogas y porteos”, detalla el conquense.
El conquense participó en K2 junto al gallego Outeiro sin haber remado juntos anteriormente. Por fortuna, se acoplaron perfectamenteMÁS ALLÁ DEL RESULTADO
Dejando de lado los resultados deportivos, los cuales evidentemente son importantes y son por lo que se lucha, Alberto es sincero a la hora de expresar que, en esta etapa, le da más valor a lo que supone la experiencia de acudir a un Mundial. “Le das más valor a esa faceta y no solo a la competitiva. Es también el viaje completo, las amistades que haces a nivel internacional…”, afirma el palista.
Y es que allí ha tenido el honor de convivir con los que, señala, eran sus ídolos cuando él estaba empezando, como pueden ser Quique Míguez -bronce en C2 en los JJOO de Los Ángeles 84- o Belén Sánchez -múltiplemente laureada en Europeos y Mundiales-.
No obstante, y aunque encara ya alrededor de 35 años compitiendo, reconoce entre risas que todavía hay algo de nervios en las salidas. Porque la ilusión se mantiene de principio a fin.
Con la disputa del Mundial, Alberto da por finalizada la temporada del 2023. El próximo año se centrará en los 5000 metros de Sevilla y el MundialRETOS POR DELANTE
El palista conquense agradece a Diputación, Camping Caravaning y la Clínica Cores Salud, quienes hacen posible que pueda dar la talla en campeonatos de semejante calado internacional, así como a su entrenador, el coruñés Neftalí Paraje, quien es a su mismo tiempo otro contendiente en el agua que en esta ocasión se hizo con la plata.
Si bien ahora quedan por delante unos meses duros hasta que vuelva a comenzar la temporada -ya que el tiempo en Cuenca no permite entrenar en condiciones durante todo el año, al contrario que en otros sitios de España-, el conquense no pierde un ápice de hambre y ya piensa en el 2024. Su objetivo serán los 5000 metros de Sevilla -como primera competición del año- y, si bien todavía no está confirmado, el Mundial de Croacia. Estará pendiente también del calendario, ya que el 2024 será un año atípico por la celebración de los Juegos Olímpicos.
Lo que queda claro es que Cuenca seguirá contando con otro palista que llevará el nombre de la ciudad en grandes competiciones.