El destierro del buen azar continúa para el Balonmano Incarlopsa Cuenca. El conjunto de balonmano está sufriendo esta temporada como nunca lo había hecho en las últimas fechas. La última prueba de ello es la lesión de Pablo Simonet. El jugador argentino notó “un pinchazo en el cuádriceps derecho” en el entrenamiento de este lunes. La consecuencia de esta dolencia ha sido finalmente una microrrotura muscular “muy pequeña”, pero lo suficiente para que el central no pueda volver hasta dentro de 2 o 3 semanas.
El jugador continúa entrenandose apartado del grupo que esta semana sólo perdía a Davide Bulzamini con motivo de los compromisos internacionales con la selección de Italia. Por el momento, realiza ejercicios de fortalecimiento y otros “que ayuden a cicatrizar de manera más rápida la rotura”, con la previsión de poder acortar la fecha de su regreso, que también podría coincidir con la vuelta de otro argentino, Leo Maciel. El portero podría defender el marco bicolor el 21 (ante el FC Barcelona) o el 25 de noviembre ante el Fertiberia Puerto Sagunto.
La nota “menos mala” es que la llegada de Ángel Pérez de Inestrosa aliviará en parte una nueva baja de importancia en la plantilla conquense, que en todo lo que va de 2020 no sabe lo que es estar en su máxima plenitud. Bien lo padece Lidio Jiménez que, si el pasado año adolecía de las bajas de Santiago Baronetto, ‘Colo’ Vainstein y más tarde jugadores como Dutra o Balint Fekete, en esta nueva temporada la plaga de lesiones llegó incluso antes de iniciarse la vuelta a la actividad. La campaña 2020/21 comenzó sin Lucas Moscariello, teniendo que ser operado en un dedo de su mano. De hecho, el partido ante Logroño fue la primera actuación oficial del pivote argentino en esta temporada.
Por eso quizás duela más el hecho de que justo ahora que Lidio parecía tomar aire tras la marcha de Dutra al SPR Wilsa Plock, la lesión de Maciel, las ocasiones en las que Fede Pizarro no pudo ser alineado por lesión o por Covid-19, el técnico vuelva a recibir una soberana ración de mala suerte con la baja de Simonet. Más aún con el carrusel de partidos (10 en 35 días) que le espera al club conquense desde el próximo miércoles, cuando tenga que competir ante el Viveros Herol Balonmano Nava (20:00 horas).
Con estas tempestades, no es lógico que las ambiciones que presentaba el equipo a comienzos de temporada, con la ilusión pese a la pandemia a revivir los grandes momentos de años anteriores bajo los argumentos del mantenimiento del bloque potente del vestuario al que se añadieron fichajes de renombre, tengan que verse forzados a cambiar. Más aún cuando a esta zozobra deportiva se le une la sequía económica resultante de celebrar una competición sin poder albergar aficionados en los partidos, dejando imágenes desoladoras como la vivida en el último encuentro en El Sargal. Sin olvidar el paso de toda la plantilla por el maldito virus.
Lo que está claro es que esta temporada será todo un ejercicio de resiliencia para el Incarlopsa Cuenca que celebrará el simple hecho de llegar a final de temporada.