Un bicampeón de España con 10 años no es algo que se suela ver todos los días, pero Cuenca puede presumir de tener a una jovencísima promesa que dará mucho que hablar en los próximos años. Se trata de Pablo Atienza -2012-, que a tan corta edad ya tiene en su haber esos grandes logros a nivel nacional. ¿Su hábitat? El tatami. Pablo practica kuo shu, que literalmente traducido significaría “artes nacionales”. Esta es una modalidad del kung fu -arte marcial procedente de China- que se caracteriza por sus técnicas dotadas de movimientos largos y amplios, en los que se usa mayoritariamente las piernas. Requiere mucho tanto desde el punto de vista físico -estado de forma, capacidad aeróbica-, técnico -coordinación, posicionamiento, rapidez, fluidez- y también mental -disciplina, concentración-.
Al joven le empezó a interesar el kuo shu por su primo, que ya lo practicaba, por lo que decidió apuntarse para estar con él. Pronto empezó a picarse a este arte marcial que, hoy en día, ya lleva practicando más de media vida: seis años. Después de un tiempo de entrenamiento, empezó a competir con nueve, y a sus diez años ya puede presumir de ser bicampeón de España en su categoría: tanto 2021 como 2022 han sido suyos, y parece que no le falta hambre para comerse también el 2023. Humilde, reconoce que aún se pone nervioso antes del momento de la verdad: “Cuando estoy en la fila no digo ni mú”, dice mientras se ríe, asegurando que se desahoga mucho tras terminar su turno.
Después de ese sufrimiento, de esa larga espera… llega el momento de oír que eres campeón. Riendo casi con el mismo alivio que debió hacerlo cuando escuchó las posiciones, relata cómo se sintió al saber la noticia: “Muchísima alegría y desahogo porque no sé en qué puesto voy a salir, si segundo, tercero, cuarto, quinto, décimo… cuando me dicen que soy el primero, flipo”, comenta Pablo. Más allá de campeonatos, y hablando ahora de su evolución personal, el actual cinturón marrón sueña con hacerse con el ansiado cinturón negro algún día. Comenta que ya le están preparando para la prueba, aprendiendo y perfeccionando los movimientos requeridos para la prueba que determinará, a ojos de los jueces, si ha aprobado y puede tomar posesión del máximo cinturón en categorías infantiles. Como pueden imaginar, el grado de perfeccionismo y la exigencia es máxima. Apunta Pablo que, en sus entrenamientos, empiezan desde el principio la coreografía en caso de cometer un fallo.
A sus 10 años, Pablo ya es bicampeón de España en kuo shu, un arte marcial procedente de China que combina movimientos al aire con técnicas de ataque y defensa con el uso de armas tradicionales
Es el Wu Tao, su templo, quien se encarga de pulir a este joven diamante y en cuyas instalaciones se curte antes de plasmar su trabajo en los campeonatos nacionales. Allí les entrena Ángel García, tratando de sacar lo mejor de ellos. A Pablo no solo le atrae el kuo shu en lo referente a la cultura china. El joven también saca tiempo para cosas más relajadas después de los duros entrenamientos llenos de movimientos, golpes y patadas. Por eso le encanta acabar sus clases con un poco de tai chi. “Me relaja mucho después de entrenar”, comenta. El Wu Tao le ha dejado grandes compañeros -son alrededor de 25 en clase-, con los que comenta que se lleva muy bien, pero tiene claro a lo que van: a entrenar. “El profe mete mucha caña”, comenta entre risas.
Sus entrenamientos se dividen en calentamiento, ejercicios relajados y la práctica con las armas y las coreografías, en las que la parte técnica se mide al milímetro para realizar los movimientos de la manera más fiel posible a lo que le exigen los campeonatos. Para más inri, revela una de las normas del gimnasio: “Si se te olvida el cinturón… Cincuenta flexiones para que aprendamos”. ¿Su arma preferida? La espada, aunque no le hace feos a otros objetos igual de atractivos: “Hay espada, palo, mariposa, abanicos, nunchakus... muchas cosas. La mariposa son dos espadas cortas que molan un montón y los nunchakus se utilizan en primer dan, aún me falta mucho”, revela.
El conquense también participa en competiciones por equipos, donde la compenetración es clave con sus compañeros. El Wu Tao también ha brillado en este apartado, en el que consiguió el bronce en el último Campeonato de España. Un gran logro que Pablo aprecia, pero que no le acaba de saciar. “No estoy acostumbrado a quedar tercero, menos de primero no me gusta”, comenta. Mentalidad de ganador para un pequeño campeón que sueña con llegar a lo más alto.
