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Orgullo conquense: Supervivientes del Dakar

Manolo y Mónica Plaza y Fernando Domínguez, los tres conquenses que han finalizado este Dakar 2021, cuentan lo que ha sido esta exigente y emotiva experiencia
Fotos: Manolo y Mónica Plaza / nZenital Club Aventura Touareg
23/01/2021 - Mario Gómez

Ya están de vuelta. Los tres representantes conquenses del Rally Dakar han podido regresar tras completar la prueba más exigente del planeta. Han sido dos semanas de muchas emociones, dificultades, sustos, contratiempos pero también de alegría, de diversión, adrenalina y satisfacción al pasar por el podio final donde se les ha otorgado la medalla de ‘finisher’ a Manolo y Mónica Plaza, 35º clasificados en coches, y a Fernando Domínguez, 56º en motos.

Para la dupla de ‘Los Plaza’ era la segunda ocasión que corrían el Dakar en Arabia Saudí. Una vuelta donde han hecho frente a la creciente dificultad en la navegación, donde se notó la maestría de Mónica (sobre todo en la penúltima etapa en la que consiguieron ser uno de los trece únicos coches que completaron todos los ‘waypoint’) y mayor dureza del terreno, en la que volvió a destacar la veteranía de Manolo.

Estas dificultades han acompañado a padre e hija desde los aspectos de no contar con las mismas comodidades de los grandes equipos, con ‘motor-home’ propio y servicios como fisioterapia (que destacaba Mónica tras pasar un Dakar afectada por intolerancia alimentaria), y también en carrera, donde una rotura del palier estuvo a punto de obligarles a abandonar. “Además el día anterior, nuestro camión de asistencia rompió el motor y no teníamos ayuda. Por suerte apareció el coche con el que competimos el año pasado, cambiamos el palier entero y pudimos continuar”, explica Manolo que en el plano deportivo destaca que ha vivido momentos de mucha incertidumbre. “Había tramos en los que directamente no había caminos y otros en los que el polvo se quedaba suspendido en el aire e íbamos con el acelerador pisando a fondo y sin apenas ver nada”.

"Ha sido un rally muy duro y exigente, tanto en pilotaje como en navegación”
Orgullo conquense: Supervivientes del Dakar


Otro de los momentos más difíciles fue el accidente en la etapa 7 con el motorista Oliver Susset. Mónica recuerda que, dentro del accidente inevitable, actuamos de la forma más rápida posible”. No obstante, el suceso hizo que “los siguientes días fueran muy duros por esa intranquilidad a la hora de adelantar a las motos”.

A pesar de todo ello, padre e hija cruzaron por segunda vez consecutiva la línea de meta “muy agradecidos por los millones de muestras de cariño y apoyo que han ayudado a que la gente piense en algo diferente a lo que tenemos en estos días” y además, como señala Manolo “llevando la imagen de Cuenca con mucho orgullo a nivel internacional gracias al apoyo de la Diputación”. Una experiencia única de la que Mónica valora la actitud de todo su equipo para hacer el sueño posible, algo que recalca su padre, que esta carrera 25 años después de su primera vez en el Dakar ha valorado más que nunca el papel de sus mecánicos “y a mi hija”.

Orgullo conquense: Supervivientes del Dakar

DE PALOMARES A JEDDAH
“Uno espera una carrera dura, pero la realidad es mucho más exigente”. Fernando Domínguez ya sabía lo que era estar en un Dakar, lo hizo como parte del equipo Toyota en el 2006, pero en esta edición se embarcó como piloto ‘rookie’. “El correr el Dakar ha sido algo espectacular, pero también una auténtica locura, había zonas de piedra que al mirar el mapa decía, no es posible, se han tenido que equivocar, no puede ser por aquí”.

El piloto de Palomares del Campo reconoce que desde el primer día la carrera le ha llevado al límite físico, empezando por el manejo de su moto, más pesada que las monturas de enduro a las que está acostumbrado, pero mucho más después de sufrir una caída donde se le giró la rodilla y sufrió un duro golpe en las costillas.

“Ahí es donde se ve el otro Dakar”, declara. “Están los profesionales, los que van a ‘su’ carrera, y luego estamos los demás, donde el compañerismo y el ayudarse unos a otros para llegar a la meta antes de que anochezca es lo que hace a esta carrera ser lo que es”. Así, alude por ejemplo a la ayuda que le prestó un compañero de equipo al que una rotura de motor dejó en la estacada su carrera. “Estábamos pendientes de lo que pudiera pasarme tras la caída, porque si te hacen una placa y tienes fractura estás fuera, pero él me dijo que si no hubiera podido continuar me hubiera ayudado hasta donde llegase”.

Orgullo conquense: Supervivientes del Dakar

Fue este ímpetu y el apoyo conjunto lo que le hizo seguir hacia delante en su categoría donde casi la mitad de los pilotos que comenzaron la prueba no llegaron a terminar. Y es que 14 días y más de 7.600 kilómetros por los diferentes tramos de desierto “hace que la cabeza te dé muchas vueltas, piensas qué pintas ahí, en mitad de la nada jugándote la vida, te planteas muchas veces abandonar, pero es una pelea contra los elementos en la que tienes que evitar que te anochezca para sobrevivir”.

El atravesar la meta trajo consigo el ser consciente del gran apoyo que ha tenido desde “Palomares, Cuenca, Madrid y muchos puntos de España”. El piloto conquense reconoce sentirse “abrumado” por la cantidad de ánimos que ha recibido y que aún no ha tenido tiempo de contestar “ni a una quinta parte de los mensajes que he recibido, pero sí estoy muy agradecido a todo el mundo”.

De esta forma, Domínguez se prepara para un año difícil en la competición, ajustando un calendario y buscando patrocinadores para intentar volver a correr el rally más duro del planeta y mejorar esa 56ª posición que considera “todo un orgullo”. Reconoce que no será fácil, pero también alude al dicho de “quién corre un Dakar, corre dos”.