El San José Obrero volvió a saborear las mieles del triunfo gracias a una contundente victoria sobre el Sporting La Gineta por tres goles a cero. En una espléndida segunda parte de los de David Angulo, maniataron y pasaron por encima de su rival y los goles fueron cayendo para reencontrarse con la alegría de ganar cinco jornadas después, cortando así la racha de más de un mes acumulando sólo derrotas en el casillero del equipo de Las Quinientas.
Era necesario ganar sí o sí ante su público y en un Obispo Laplana que, incomprensiblemente y pese a ser objeto de reforma mediante un proyecto que incluía este elemento, sigue sin contar con las redes del fondo que se encuentra bajo el polideportivo Samuel Ferrer. En cuanto la pelota echó a rodar, ambos conjuntos guardaron las distancias para los minutos de cortesía. Si bien, pasado el cuarto de hora, los acercamientos más peligrosos los protagonizó el equipo local, con Sergi Langreo haciendo estragos por el centro del campo y mucha coordinación entre Verdejo, David Sáez 'Xavi' y Ángel Ortiz en punta, pero sin ocasiones de peligro en el remate. De hecho, el disparo más peligroso del San José Obrero lo protagonizó Rufo, con la mala suerte de que la pelota se le fue por encima del travesaño del marco defendido por José María Navarro.
Por el bando contrario, el Sporting La Gineta que aterrizaban en Cuenca siendo 5º clasificado, con dos derrotas consecutivas y sumando sólo 2 de los últimos 12 puntos en el campeonato, no mostró síntomas de recuperación más allá de algún que otro acercamiento ocasional que terminó en una embarullada jugada en el área pequeña y un remate muy flojo del visitante David Álvarez a las manos de Iván Aceñero.
Así, la primera parte dejó un juego muy seco. Tanto, que Angulo mandó regar el césped en el intermedio para facilitar la estrategia que quería para su equipo en el segundo tiempo, además de dar entrada en la zaga a Alberto Pérez por Mayoral.
Con el balón corriendo algo más rápido, el Obispo Laplana fue como un juguete de Reyes para Cillo. El extremo rojillo hizo y deshizo a su gusto por la banda izquierda rompiendo a su par cada vez que le venía en gana y colgando balones al área que inquietaban de sobremanera al Sporting. Fue precisamente por este costado izquierdo donde se originó el primer tanto del partido. En un balón colgado, la indecisión de la zaga amarilla hace meterse de lleno en la caza del esférico a Raúl Verdejo que es derribado de manera infantil por el defensa del Sporting que dejó la pierna al jugador rojillo. El delantero no le tiembla el pulso y no tarda en hacerse con el balón para colocarlo en el punto de los once metros y mandarlo al fondo de la portería, colocando el 1-0 para el Obrero.
El tanto hizo contener fuerzas al Obrero que dejó de ir a la presión alta y espero a su contrario en zona de tres cuartos. La Gineta apenas tuvo respuesta y no hizo sino seguir mandando balones fuera cada vez que el equipo conquense superaba sus líneas. La tuvo Xavi desde la frontal tras un pase de excepción desde la esquina de Cillo, pero el capitán rojillo la mandó a las nubes. Buscando más frescura en su medular, Angulo dio entrada a Luis Ramírez por Xavi y el jugador no tardó en responder.
Pasada la hora de partido, los rojillos robaron una pelota en mitad del campo y montaron la contra de manera organizada viajando el balón por raso de una banda a otra y terminando en los pies de Ramírez, que llegó muy forzado al fondo, perdiendo la posesión. Sin embargo, la presión instantánea del jugador a los defensas unida a la indecisión de la zaga del Sporting de quitarse el balón de encima originó que el extremo conquense cazara la pelota en la esquina del área pequeña y batiera al meta rival para hacer el 2-0.
A falta de algo más de un cuarto de hora para la conclusión, el rival de los rojillos pareció bajar los brazos, algo que no desperdició el equipo local. Mordida su presa, Angulo echó más madera al asunto y dio entrada a Saúl Morena por Verdejo y mantuvo la contención de su equipo en su campo para salir como balas al contraataque. La pizarra cuajó a la perfección ante un rival que cada vez le pesaban más las piernas y que se desesperaba viendo como su mejor lanzamiento a puerta, un libre directo desde el balcón del área que superó con una bonita curvatura la barrera del San José, era erradicado con una mejor estirada por Iván Acereño.
La puntilla la puso Saúl en la jugada posterior. En toda una clase magistral de cómo ejecutar un contraataque, el Obrero cortó la pelota y salió a matar. El esférico llegó del centro al flanco derecho para que el atacante rojillo cruzara el balón al segundo palo y apareciese su compañero para rematar al fondo de la red, cerrando así el partido con el 3-0.
En los instantes finales, el Sporting pudo maquillar algo el resultado, pero ni siquiera un tiro alto que se envenenó peligrosamente quiso entrar, ya que el disparo se estrelló en el larguero de la portería conquense. El pitido final levantó la tan esperada alegría de la bancada rojilla que cortó así cinco derrotas consecutivas y vuelve a tomar aire en la tabla para mejorar su papel de aquí a fin de temporada.
Destacable tanto la actuación de Cillo en el extremo como la ejecución de los cambios de Angulo, ya que dos de los cinco jugadores que introdujo en el choque desde el banquillo lograron anotar en una segunda parte que salió a la perfección.