El San José ha vivido esta mañana uno de esos partidos que no se olvidan. Sabiendo que era de vida o muerte, los conquenses han mostrado su mejor versión –como ya venían haciendo desde jornadas atrás- para superar a otro rival directo. 1-3 se han impuesto al Torpedo 66 en un choque que llegó a peligrar, pero al que Alberto le puso la guinda con un gol desde el centro del campo tras un error del meta local.
Primeros minutos de tanteo en ambos conjuntos, sabiendo que un error saldría caro. Se animaba el Torpedo con una acción de Abraham Rubio en banda derecha, que regateaba a Rabadán para plantarse en el pico del área y efectuar un tiro que no encontraba la portería de Mario Muñoz. Minutos después era Lawal quien se adentraba por el flanco izquierdo, pero la acción, invalidada, tampoco se orientaba hacia los tres palos.
Sacaba la cabeza el Obrero tras la pausa de hidratación, y empezaron a ganar presencia en campo cebollano. Encontrarían su recompensa poco antes del descanso, en el 38. En un saque de banda acabaría en un centro dirigido a Gregor. Gonzalo Jiménez detuvo el duro testarazo en primera instancia, pero nada pudo hacer ante un rebote en el que Gregor estuvo muy listo para adelantarse a su par y, esta vez sí, abrir la lata.
Fulgurante inicio del Obrero, que comenzó la segunda mitad de manera inmejorable: Raba, tras una carrera por banda izquierda, llegaría hasta la línea de cal, encontrando a un solitario Pery en el corazón del área. En bandeja de plata le puso el balón atrás para que el rojillo, que venía incorporándose, fulminase a placer para dibujar el 0-2. Minuto 48 y se les ponían las cosas muy de cara a los de Fran García.
Pero les tocaría sufrir, y es que el Torpedo 66 ofreció una rápida réplica: tan solo cuatro minutos después, Enrique Maldonado reduciría distancias en un desajuste de la defensa. Tras un rechace a la salida de un córner, un jugador cebollano mandó un alto y lejano balón que pilló desajustada a la defensa rojilla, que pedía fuera de juego en la acción. No fue así, y Maldonado acabó definiendo en situación de uno contra uno ante Mario.
Les tocaría sufrir, y de qué manera, al San José Obrero. Aguantaba estoicamente el equipo rojillo las embestidas de los cebollanos, que les habían embotellado en su área para no dejarles salir en un tramo absolutamente agónico para los de Fran García. Los centros y las internadas se sucedían en el área de Mario, pero el Obrero aguantaba el chaparrón sabiendo que una victoria valía oro.
Tras un periodo de sufrimiento, y ya lanzados a cazar alguna contra, el San José encontraría el de la tranquilidad tras un grosero error de Gonzalo, meta cebollano. Salió el portero a despejar una cesión desde la banda derecha, pero no hizo un buen contacto con el balón y lo envió raso y directo a Alberto, que no se lo pensó a la hora de chutar desde unos metros más adelante desde el centro del campo y así colocar el 1-3. Golazo que servía para afrontar los últimos minutos con otra cara.
Victoria importantísima del San José Obrero, que se ve ahora con media salvación en el bolsillo. Dicho sea de paso, consolidándose como el equipo más en forma del grupo, los rojillos han sacado la cabeza hasta al 12ª posición –a expensas de lo que haga el Mocejón- y, en vista de que jugarán en casa con el descendido Yunquera en la última jornada, las cosas se han puesto muy de cara. Tan solo queda una final en la que no podrán fallar si quieren respirar tranquilos y no depender de la permanencia del Yugo Socuéllamos en 2ªRFEF.
