Le costaría al San José Obrero asentarse en el campo, complicándose el mantener el esférico ante la alta presión inicial del Cazalegas. Tampoco estaría cómoda la escuadra visitante y es que, a pesar de embotellar a los conquenses en su campo, sus intentonas también comprendían pases largos que no comprometían a Iván. La primera llegaría de botas toledanas, cuando Rubén colgó un balón tras un libre indirecto que Talison enviaba por encima de la portería. Minutos después, Borja, del Cazalegas, no llegaría a empalar bien un pase filtrado cuando lo tenía todo a su favor para abrir la lata.
Despertaba poco a poco el Obrero, que empezaba a mimar el balón de manera más continuada y que tenía sus primeras tentativas. Navalón se animaría con un disparo cruzado desde la frontal del área que pasaba muy cerca del palo izquierdo de la portería defendida por Aparisi. De nuevo, Borja la tendría para el conjunto visitante cuando un grave desajuste en la defensa conquense, poco contundente en el despeje y el marcaje, provocó que el ariete se quedase solo ante Iván, ante quien falló el uno contra uno. Caño ponía a prueba al meta del Obrero desde lejos, pero el disparo, demasiado centrado, acabaría en nada.
El final de la primera parte traería consigo los minutos más emocionantes y broncos. Después de que Kameni rematase de cabeza en una buena ocasión –aunque demasiado centrada en su trayectoria- que Aparisi envió a córner, el partido se revolucionó cuando el colegiado señaló penalti para el Cazalegas en el 45, al filo de terminar la primera mitad.
Tan rigurosa como polémica la decisión la emitida por el colegiado, y es que el escueto contacto –un brazo que rozó el costado del ariete- fue insuficiente como para derribar al jugador. Tras materializar Rubén Rivera el penalti, el Obispo Laplana se convertía en una caldera cuando los jugadores enfilaban a vestuarios.
Disputado el inicio de la segunda mitad, con constantes interrupciones por faltas que dificultaban la continuidad del juego. Intentaba Fran García darle frescura a los suyos, introduciendo a Javi y Miki por Semprún y Navalón. La mejor llegaría en el 68, cuando una rocambolesca jugada en área toledana no acabó, inexplicablemente, en gol. Una gran jugada de Requena acabó siendo rematada por Kameni, que se encontraba a Aparisi justo delante de él. Los rechaces no favorecieron al Obrero, que a punto estuvo de encontrarse el gol en la más clara del encuentro para ellos.
Ganaría enteros el Cazalegas a partir del minuto 70, disponiendo de dos remates provenientes de centros laterales que no se concretaban. Crueles minutos para el Obrero que, inmediatamente después ver cómo se le anulaba un gol a Kameni por fuera de juego, lo pagaba encajando el segundo con un tiro de Borja. Rápida réplica rojilla, que empató de córner cuando el balón botado por Alberto Pérez era rematado por Kameni. El remate, bastante picado, logró entrar en la portería para euforia de los locales, que cogían el balón inmediatamente en busca de la igualada.
Con más corazón que acierto lo intentó el San José, cuyas esperanzas se vieron sofocadas justo antes del descuento: un potente chut de Fabio Henrique desde el flanco derecho buscó la escuadra del palo largo, chocando con el travesaño antes de entrar en la portería y poner el 1-3 definitivo.
Dura derrota de un Obrero que pudo merecer algo más por lo visto en el partido, pero el caprichoso fútbol había decidido que acabasen de vacío. Decimosextos en la clasificación, la semana que viene afrontarán otro trascendental partido ante el Orgaceño, pudiendo recortar diferencias con ellos.
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