Tras saltar de la competición europea a la Copa del Rey, dejando el pase casi encarrilado a una histórica primera participación en la Fase final, el Liberbank Cuenca regresaba a su cancha para enfrentarse al eterno rival y paisano, el Balonmano Guadalajara, en un partido con el cariz especial de sabor a derbi.
Después de los primeros intercambios de golpes en una y otra portería, los conquenses establecían una pequeña ventaja de dos tantos con una combinación anotadora del trio central (con Dutra, Montor y Natan) junto a los olvidados de la segunda línea, de donde resurgió de nuevo un Sergio López ausente en las últimas citas.
Con la aparición de Maciel en portería, el ‘siete’ de Lidio llegó a tomar un parcial considerable de cinco goles rebasado el intermedio del primer tiempo. Una colchón que se esfumó en los siguientes minutos, debido a varias pérdidas en ataque, incluido un cambio de jugador que le costó la posesión a los locales y permitió a los alcarreños igualar el encuentro de nuevo (10-10).
Antes de terminar el primer tiempo, como un ‘deja vú’, Cuenca volvió a lograr un parcial de dos tantos que, justo antes de concluir los primeros treinta minutos, se evaporó con los goles de Nacho Moya y Chema Márquez.
En este constante tira y afloja entre ambos equipos, destacó precisamente el conquense Nacho Moya para los alcarreños, con (4 goles en 5), mientras que por el cuadro de Lidio fue Sergio López el máximo anotador, con 3 aciertos.
Vuelta al ruedo, el equipo de César Montes consiguió volver a ponerse por delante después del primer gol inicial. Tal osadía fue contestada con la magia de Natan Suárez. El central continuó dando muestras de su infinito potencial, a pesar de su juventud. Así, aprovechó el cargado foco de atención sobre el cañonero Dutra, con un incesante 5-1 alcarreño, para dejar varios goles de calidad y dar ventaja de ‘más dos’ para los suyos (19-17). El apretón de juego y efectividad lo culminó Montoro con un lanzamiento marca de la casa que elevó el parcial a tres antes de llegar al minuto cuarenta de partido. César Montes posó la tarjeta de tiempo muerto en la mesa central ante de que su equipo siguiera recibiendo.
El técnico alcarreño colocó otro hombre extra fuera de la línea defensiva habitual. Así, además de Dutra, Suárez tenía por momentos una marca encima para evitar que el catalán continuara ofreciendo detalles de calidad, pero no había manera. En ataque, el central se inventaba los huecos en la portería de Hombrados para poner allí el balón ante la atónita mirada de los dos millares de espectadores presentes; en defensa, asumió labores desde el extremo donde continuó haciendo botar a El Sargal, con un robo y lanzamiento a puerta vacía.
Entrados en los últimos diez minutos de partido, el Liberbank logró colocarse cuatro arriba (28-24), gracias a que Dutra cortaba como un cuchillo el espacio que dejaba la defensa morada ante las marcas individuales. Sin embargo, la tensión se convirtió en desliz por parte de los jugadores. Así, Olivares excluyó a Dutra y Sergio Mellado por un cruce de palabras.
Con la fiesta en todo lo alto, apareció como un clásico a las jugadas clave de los últimos minutos Santi Baronetto. Un gol del argentino, el quinto en su cuenta particular terminó de encarrilar el choque, mientras que el gol a puerta vacía desde su campo de Lucas Moscariello, colocó el 32-27 a dos minutos del final.
Pero, de manera imprevisible, un rápido parcial de 0-3 apretó el ocaso del encuentro. Lidio pidió tiempo muerto para disputar los últimos 50 segundos. Tiempo suficiente para que Montoro marcara para el Liberbank Cuenca y Mellado para el Quabit Guadalajara.
El resultado final de 33-31 dio dos nuevos puntos al equipo de Lidio Jiménez que entra de lleno en el pelotón de aspirantes a plaza europea para la próxima campaña. Una victoria consolidada en la joven y jovial actitud de un Natan Suárez que se echó el equipo a la espalda para seguir soñando con repetir, o superar incluso, la temporada anterior.
